Se ha venido discutiendo a través de la prensa diversos temas sobre el mercado laboral, su funcionamiento y las recientes normas presentadas por el gobierno. Haría falta un debate más formal y profesional al respecto para ver puntos de consenso y disenso, y mejorar las políticas públicas al respecto. ¿Ministerio de Trabajo, dónde estás?
La informalidad laboral tiene dos dimensiones. La informalidad laboral dentro de empresas formales (tipo A) y la informalidad laboral dentro de empresas informales (tipo B). A la primera se le combate con una mayor flexibilización laboral (básicamente costos de entrada y salida, sin afectar los derechos laborales ni costos salariales) y, luego, una mayor fiscalización. A la segunda se le combate con más inversión en capital físico y humano que eleve la productividad del trabajo.
Así, poco a poco, con el aumento de salarios reales se podrán pagar los costos que implica la formalización laboral. El crecimiento económico hace su trabajo, pero el avance en la formalización de este grupo ha sido muy lento.
La tasa de informalidad laboral es mayor cuanto menor es el tamaño del negocio. Dentro de las empresas, la informalidad laboral es mayor en las de menos de 10 trabajadores, en las que llega a 81%. Luego vienen las empresas de 11 a 50 trabajadores con una tasa de informalidad laboral de 57% y, finalmente, las empresas con más d 50 trabajadores, que presentan una tasa de 25%.
En números absolutos, la mayoría de trabajadores informales tipo A y B están en empresas con menos de 10 trabajadores. Ambos tipos llegan cerca de 1 y 1.2 millones, respectivamente. En empresas de 11 a 50 los del tipo A llegan a 521 mil y apenas 86 mil son de tipo B. En empresas con más de 50, los del tipo A llegan a casi 400 mil.
En resumen, mucho trabajo para Sunafil y mucho espacio para mejorar sustancialmente la regulación laboral, tanto de la llamada eufemísticamente ley general y de la ley de empleo pyme.