Elmer Cuba, Economista de Macroconsult
Gestión, 14 de diciembre de 2016
Si bien las economías de la Alianza del Pacífico son las más fuertes de la región, no han sido inmunes a los choques externos negativos recibidos en Amé- rica Latina desde el 2014.
No se puede negar la infl uencia de los términos de intercambio y los fl ujos de capital en la determinación del ciclo económico de estos países. Las respuestas de política macroeconó- mica anticíclica también importan.
Este conjunto de variables ha llevado a la otrora dinámica economía chilena a crecer -en promedio- apenas 1.9% en el cuatrienio 2014-2017. Un desempeño más modesto que el de la economía mexicana, con un promedio de apenas 2.3% en el mismo periodo. Incluso la economía colombiana, que antes del colapso del precio del petróleo en el 2014 todavía crecía en 4.4%, caería a un promedio de 2.8% en el trienio 2015-2017.
La economía peruana no ha sido la excepción, con un promedio entre el 2014 y el 2017 de apenas 3.3%. Aun así, sigue siendo la economía que más crece dentro de este grupo, tal vez por ser la que tiene un PBI per cápita menor que el de sus pares de la Alianza. Estos desarrollos van en línea con los procesos de convergencia condicionada detectados en la evidencia empírica internacional.
Brecha y demanda agregada
En el 2016, según diversas estimaciones de la brecha del PBI (diferencia entre el PBI potencial y el observado), esta es la más alta desde el 2009. Es decir, amerita alguna respuesta de política económica. Si no se ejecuta ninguna, la brecha se volverá a cerrar, aunque más lentamente, hasta que la inversión privada reaccione “sola”. Los países que pueden reaccionar son los que tienen espacio fi scal. Según un informe elaborado por el sta del Consejo Fiscal, en el Perú hay espacio fi scal, a diferencia de los otros países de la Alianza. Pero se usará para la próxima vez.
Tendencias
Ahora bien, las condiciones externas y las políticas macroeconómicas estabilizadoras de los ciclos económicos explican bien el corto plazo, pero no son determinantes del desempe- ño económico en plazos más largos.
Las tendencias económicas de más largo plazo refl ejan mejor las políticas de oferta que siguen los países. Es decir, las reglas de asignación de recursos que gobiernan cada economía, sus arreglos institucionales. Esto es determinante para la productividad de sus empresas y de su fuerza laboral. Es decir, si sus instituciones proveen o no el marco para el desarrollo de viejos / nuevos sectores económicos con ventajas competitivas.
Es eficiente el desarrollo de sectores donde el país tiene ventajas competitivas no explotadas plenamente. Es el caso de los sectores minero, agroindustrial, forestal y turismo. En cada uno de ellos tenemos ya operadores de primera clase, pero dichos sectores todavía no alcanzan su potencial.
Si tuviésemos el doble de moderna producción minera, tendríamos el doble de recursos para gastar en las mentes de niños y jóvenes y en mayor infraestructura productiva. Si alcanzásemos el doble de producción agroindustrial, los salarios y el empleo rural serían de otros dígitos.