Por: Elena Conterno
Correo, 13 de junio de 2020
Soñé que el Tribunal Constitucional resolvía rápidamente la demanda de inconstitucionalidad planteada por el Poder Ejecutivo contra la ley dada por el Congreso que elimina los peajes, zanjando de manera contundente (i) que los contratos deben respetarse y (ii) que el mantenimiento de las carreteras lo pagan o quienes las usan vía peajes o todos los peruanos vía impuestos (o, peor aún, vía falta de carreteras). Soñé también que el Ministerio de Trabajo ya había resuelto las cerca de 26,000 solicitudes de suspensión perfecta pendientes de respuesta (92% de lo recibido), evitando que estas empresas tuviesen que recurrir al escenario no deseado de romper el vínculo laboral. Ello en especial teniendo en cuenta que, como informó el propio ministerio en el mes de abril, son 116 mil empresas (cuatro veces las que han presentado una solicitud) las que están “en alto riesgo de cierre y pérdida de empleos”.
Además, soñé que el Poder Ejecutivo observaba la ley que nombra de manera automática a profesionales y técnicos de la salud, por atentar contra el acceso a la función pública según mérito y por tanto contra el anhelo de tener algún día un servicio de EsSalud y Minsa de calidad para los trabajadores y familias en pobreza. La observaba además disponiendo que en adelante no procedía la contratación de seguros privados con recursos públicos, para alinear así a todas las autoridades y funcionarios en lograr un sistema de salud de calidad para todos. En mi sueño, el Congreso se comprometía a sumar esfuerzos para ello, y por tanto se desistía de la aprobación de la ley.
Al final de mi sueño, el Minsa dejaba de burocratizar el proceso de reactivación económica, eliminando, entre otros, la nueva obligación de actualizar cada mes el plan sanitario, así como la obligación de determinadas MYPEs de contar con una enfermera permanente para poder operar. En cambio, el Minsa tenía éxito en que el primer nivel de atención del sistema de salud daba tratamiento inmediato y hacía seguimiento a todo nuevo contagiado y sus contactos, disminuyendo finalmente el nivel de contagios que tanto nos preocupa.
Ojalá y no sea solo un sueño.