Crispación política, debilidad institucional, inseguridad jurídica, conflictos sociales, economía desacelerada y periodo electoral ad portas configuran una situación que exige sagacidad y prudencia en el manejo interno y externo. El Gobierno debe estudiar los ámbitos vecinal y regional. Debe asumir que la oposición rechaza un tratamiento politizado del espionaje chileno. Y, sin desmedro de la dignidad, debe ajustar su acción al interés nacional, principio rector de la política exterior y la diplomacia profesional.
El panorama regional muestra elementos que imponen un análisis riguroso. Brasil está en suspenso. La enorme corrupción de Petrobras en beneficio del partido gobernante (PT) y sus aliados (PMDB) implica graves costos para la presidenta Rousseff. Reduce su capacidad de liderar el severo ajuste que necesita una economía recesada, con inflación creciente, y previsibles reacciones turbulentas. Argentina está revuelta. Elecciones casi inminentes, excesos de una presidenta autoritaria (amiga de Maduro e Irán), populismo beligerante, elevada inflación y proteccionismo endémico.
– Los socios menores del MERCOSUR aguantarán una vez más. Y como el grupo hace causa común con el ALBA, ambos sufren por sus respectivas debilidades.
– El estado agónico de la tiranía de Maduro y la apertura Cuba-EE.UU. precipitarán la implosión chavista, anulando su capacidad de mantener el subsidio petrolero a sus interesados clientes, que pueden voltearse contra Caracas.
– Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Argentina están hipotecados a la China, prestamista que no perdonará a deudores incumplidos y acostumbrados al manejo heterodoxo de sus economías.
– A pesar de los agudos problemas asociados al narcotráfico y la violencia, se pronostica una mejoría económica en México por la mayor demanda de EE.UU. y Canadá, sus socios en el NAFTA. Como Chile y Colombia, los aztecas son socios de la Alianza del Pacífico (AP) y la APEC, símbolos de prosperidad en la cuenca más rica del mundo. Chile es una economía consolidada e integrada con la nuestra. Colombia hará la paz con la guerrilla que la ha ensangrentado. Un logro histórico que la convertirá en uno de los principales motores económicos de la región y en creciente fuente de negocios para el Perú.
– CELAC y UNASUR neutralizan a la OEA para defender al tóxico compuesto ALBA/MERCOSUR/PETROCARIBE. Significa que los mecanismos de mayor amplitud regional son de segunda importancia para nosotros, que debemos priorizar lo que conviene a los intereses del país.
¿Es admisible que doce semanas antes de hospedar la Cumbre de la Alianza del Pacífico no hayamos cursado aún las invitaciones respectivas? Además de los cuatro presidentes, recibiríamos a representantes de 32 países observadores y organismos como la OECD y el BID -todos entusiasmados por la AP. ¿Es admisible que por sobredimensionar política y mediáticamente el espionaje chileno frenemos a la Alianza en nuestro propio perjuicio, cuando más la necesita nuestra economía? ¿Puede el Gobierno maltratar así la imagen internacional del Perú? Los presidentes deberían conversar personalmente sobre este problema común. La defensa de nuestra dignidad debe ir de la mano con el respeto al genuino interés nacional.