Embajador ® J. Eduardo Ponce Vivanco
Ex Vicecanciller de la República
Para Lampadia
Si la vocinglería libertaria del candidato argentino Javier Milei no hubiera sufrido un reciente descalabro, cuando su participación en un importante cónclave empresarial en Buenos Aires fue recibida con un aplauso silencioso, la repercusión regional de este exuberante político porteño habría podido irradiar con fuerza en Brasil y en países con gobiernos de izquierda como Chile y Colombia.
Los sonoros excesos retóricos de Milei contrastaron con los sensatos aciertos de Patricia Bullrich, la candidata favorita de centro derecha que expuso con pulcritud la política que implementaría particularmente en el campo económico, terreno tan perjudicado por la penosa gestión del sempiterno peronismo en manos del Ministro de Finanzas Sergio Massa, cuyos tardíos esfuerzos por mejorar su gestión lo han convertido en la carta justicialista para las elecciones del próximo 22 de octubre.
Un severo golpe al régimen fue propinado por la candidata Patricia Bullrich el día siguiente de la reciente reunión de los BRICS en Johanesburgo donde la inclusión de Argentina – con países tan disímiles como Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes – fue jubilosamente recibida por el gobierno peronista, olvidando los feroces atentados chiitas del Ayatola Jomeini en Buenos Aires, que devastaron la Embajada de Israel y la sede la asociación judía más representativa en esa ciudad (la AMIA).
Por el contrario, en el contexto de una rigurosa presentación de lo que sería su política, Bullrich fue tajante al anunciar que “Bajo mi gobierno, Argentina no va a estar en los BRICS”, coincidiendo con la posición que Milei había adelantado con mucho mayor énfasis. En cuanto a México, al ser preguntado sobre su interés en los BRICS, López Obrador respondió abiertamente que su condición de primer socio comercial de EEUU aconsejaba seguir impulsando la integración con los países de América del Norte.
Asumiendo que el justicialismo será derrotado en las elecciones del 22 de octubre, como las encuestas anuncian, Argentina no acompañaría a Brasil en los BRICS. Lula sería el único sudamericano en la pista de un escenario en el que ha apostado buena parte de sus fichas. Comenzó por colocar a Dilma Rousseff, su sucesora en Planalto, como única candidata a la presidencia del futuro Banco BRICS, que sus sueños maximalistas anticipan como soporte financiero del peso global al que ese bloque debería aspirar como antagonista de los organismos de Bretton Woods (el FMI y el Banco Mundial) en el actual balance internacional del poder.
Después de la debilidad política y el ocaso del mandato peronista, el panorama que se vislumbra en Sudamérica es un alejamiento entre las posiciones externas de las mayores potencias regionales debido a la improbable confluencia de Bullrich o Milei con Lula. A sus 77 años, el inquieto mandatario brasileño desplegará su malabarismo internacional en el trienio que le queda, especialmente si pretende ser reelegido como la ley de su país permite. Lampadia