Eduardo Ferreyros
Correo, 14 de febrero del 2025
Según el BCR, la pesca es un sector clave en la reactivación y en el desarrollo del país. No es para menos: En el 2024, solo la pesca de anchoveta generó US$ 2,500 millones en exportaciones de ingredientes marinos; además, es considerada como una actividad esencial en las comunidades costeras del país, pues genera 250 mil empleos.
Según la FAO, los sistemas alimentarios acuáticos cada vez son más reconocidos por sus contribuciones al medio ambiente; pero, sobre todo, a la seguridad alimentaria en todo el mundo. Según The Global Organization for EPA & DHA Omega-3s – GOED, existe abundante evidencia científica sobre los beneficios del aceite de pescado, que se extrae de la anchoveta, en la salud de millones de personas en el mundo.
Para las universidades Yale y Columbia, la pesquería peruana de anchoveta es una de las más sostenibles del planeta gracias a que se implementó una política audaz que fortaleció el manejo pesquero y hoy es un ejemplo que otros países deberían imitar. Sin embargo, una grosera campaña de desinformación, emprendida por conocidas ONGs y sus medios aliados, pretende dinamitar la industria pesquera formal y sostenible; confundiendo y manipulando a las autoridades y a la opinión pública con información falsa respecto a la actividad pesquera industrial, distorsionando la realidad.
La mentira tiene patas cortas; hoy sabemos de dónde provenían gran parte de los fondos para financiarlas y quiénes serían sus operadores. ¿Por qué hubo tanta oposición para evitar que el Congreso legisle sobre la transparencia de estos fondos? Saque usted sus conclusiones; pues nosotros advertimos que hay muchos intereses que buscan destruir al país, ajenos a los de los verdaderos peruanos, que trabajamos por el bienestar y prosperidad de millones de personas.