El presente artículo de Diego de la Torre nos presenta un interesante análisis sobre la manera positiva cómo ha evolucionado América Latina, el preponderante papel de los países que integran la Alianza del Pacífico y las relaciones de la región con Europa. Sin embargo la propuesta de la unidad monetaria de la Alianza del Pacífico nos parece una propuesta que debe discutirse y evaluarse con más prudencia, sobre todo, considerando la terrible experiencia de Europa que se unificó monetariamente, pero manteniendo sistemas fiscales absolutamente contrapuestos (Lampadia)
Escribo este artículo luego de haber sobrevolado en helicóptero los 80 kilómetros del Canal de Panamá y visitar las obras de ampliación que constituyen una inversión de US$5.250 millones. Quedé estupefacto de la capacidad humana de adaptar la naturaleza a las necesidades del hombre.
El canal es literalmente un cercenamiento de la corteza terrestre para permitir un paso de agua para que naveguen buques del Pacífico al Atlántico y viceversa. Es evidente el impacto que genera, el cual es mitigado con un inteligente programa ambiental. Si comparamos su impacto con el de una mina, el del canal es muchísimo mayor. Sin embargo, a nadie se le ocurre detener este importante proyecto para Panamá y para el mundo.
En estos días he asistido al IX Encuentro Empresarial Iberoamericano organizado por el CEAL (Consejo Empresarial de América Latina) que se desarrolló en el contexto de la XXIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado. El CEAL, fundado en 1990, está constituido por empresarios de la región y su labor es estimular la participación de sus miembros en las corrientes de intercambio y cooperación, en todos los aspectos en los que la empresa privada pueda contribuir al progreso socioeconómico.
En el almuerzo de bienvenida en el restaurante peruano Fina Estampa, de Ciudad de Panamá, tuve la oportunidad de escuchar al intelectual y periodista cubano Carlos Alberto Montaner. Durante su alocución destacó el avance de América Latina como región, en particular de la Alianza del Pacífico (AP). Terminado su discurso, pedí la palabra para destacar los progresos del Perú en los últimos años: grado de inversión; reducción de pobreza de 54% a 25%; TLC; sensatez macroeconómica; 70% de clase media (según el BID); y mejoras institucionales. Aproveché también para agradecer a Carlos Alberto Montaner por haber contribuido, junto con Hernando de Soto y Mario Vargas Llosa, a ganar la batalla contra esa ideología disfuncional que cayó con el muro de Berlín y que tanto atraso, violencia y subdesarrollo trajo a nuestra región y al mundo.
¡Cómo ha cambiado América Latina!, nos decían nuestros colegas españoles, quienes asistieron junto con el presidente Rajoy y el príncipe Felipe de manera masiva a este encuentro empresarial. Me atreví a ironizar que así como antes a los migrantes latinos nos decían ‘sudacas’ ahora nosotros les decimos cariñosamente ‘nordacas’ a los españoles que vienen en busca de trabajo. Afortunadamente para España, la sensatez económica se ha restablecido y la crisis se convierte solamente en una inofensiva arritmia en su crecimiento.
La AP tiene mucho que aprender de España y su proceso de integración a Europa. Así lo destacó el presidente Rajoy. Me atrevo a sugerir, como lo hice informalmente con Juan Hernández, analista político de CNN, que la AP debe ponerse como una de sus metas una moneda común. España y Europa nos pueden enseñar cómo hacerlo. Ojalá que algún político con liderazgo y coraje lo proponga, de la misma manera en que Alan García lo hizo con la AP, hecho recordado en este encuentro por el ministro de Relaciones Exteriores de Chile.
Como dijo nuestra canciller Eda Rivas en su destacada presentación en el encuentro empresarial: “El cielo es el límite” cuando se trata de profundizar los procesos de integración de la AP. Que así sea por el bien del Perú.