David Tuesta
Perú21, 31 de octubre del 2024
Uno de los problemas más graves en la inversión pública peruana es el alto porcentaje de proyectos que, a pesar de contar con presupuesto asignado, no muestran ejecución alguna, dijo David Tuesta.
Cuenta la historia que en 1633, Galileo Galilei, el célebre astrónomo italiano, susurró la frase “Eppur si muove” —“Y, sin embargo, se mueve”— después de ser obligado a retractarse de su teoría heliocéntrica ante la Inquisición. Una expresión que refleja la necesidad de escarbar detrás de lo aparente para entender la realidad que se halla detrás. Esta frase puede aplicarse al caso de la inversión pública en Perú. Aunque esta manifiesta un incremento interanual del 24% al cierre de septiembre, los problemas estructurales persisten. Para comenzar la ejecución del presupuesto supera a penas el 50%, faltando solo un trimestre para finalizar el año.
Revisando el último informe del Consejo Privado de Competitividad, se observan grandes desafíos en los diferentes niveles de gobierno. En el caso del gobierno nacional, sectores prioritarios como salud registran una ejecución del 48.7%. En tanto, los gobiernos regionales, de los S/16 mil millones asignados, solo el 56.3% ha sido ejecutado hasta septiembre, y proyectos en áreas claves están rezagados. Regiones como Piura, una de las más beneficiadas en presupuesto, reportan apenas un 58.1% de ejecución, el nivel más bajo entre las regiones con mayor asignación. Esta situación no solo refleja una falta de capacidades técnicas en la gestión de estos fondos, sino también problemas estructurales de planificación, que impiden que estas inversiones tengan un impacto real en mejorar la infraestructura y reducir desigualdades en las regiones.
En la misma frecuencia se observa a los gobiernos locales, que registran la tasa más baja de ejecución, con solo un 45% del PIM ejecutado hasta septiembre de 2024, de los S/28 mil millones asignados. Si bien Lima, con un presupuesto de S/1.2 mil millones, ha alcanzado una ejecución del 76.5%, otras municipalidades como San Marcos apenas han ejecutado el 22.1%, reflejando profundas carencias en capacidad de gestión. En promedio, los gobiernos locales necesitarían triplicar su velocidad de ejecución en el último trimestre para alcanzar los objetivos presupuestarios.
Uno de los problemas más graves en la inversión pública peruana es el alto porcentaje de proyectos que, a pesar de contar con presupuesto asignado, no muestran ejecución alguna. En total, el 35% de los proyectos de inversión pública en el país tienen un avance de ejecución del 0%, es decir, cerca de 22 mil proyectos que no han avanzado a pesar de contar con fondos disponibles. Estos proyectos, la mayoría gestionados por gobiernos locales, representan una oportunidad perdida para mejorar la calidad de vida de la población y, al mismo tiempo, subrayan la ineficiencia del sistema de inversión pública en su conjunto.
Desde un punto de vista económico, la inversión pública no solo es un motor de desarrollo en sí misma, sino que además complementa y potencia la inversión privada. Una infraestructura pública adecuada reduce costos, aumenta la competitividad, y atrae capital privado hacia sectores estratégicos de la economía. Además, la inversión en infraestructura pública tiene efectos de largo plazo que contribuyen al cierre de brechas sociales, proporcionando acceso a servicios básicos para las comunidades más vulnerables y, por ende, mejorando el bienestar general. Solo una reforma profunda, que priorice la eficiencia y la transparencia en todos los niveles de gobierno, permitirá que la inversión pública cumpla con su rol como catalizador del crecimiento económico y la cohesión social.