Por: David Tuesta
Perú21, 16 de mayo del 2024
“Tomando en cuenta las delicadas condiciones del tejido social, va a costar retomar la senda del dinamismo”.
Hubiese querido empezar este artículo diciendo que “crecemos en incertidumbre”, o que “avanzamos en incertidumbre”, entendiendo que la “alta incertidumbre” en el Perú, ya la damos por descontado. Sin embargo, hablar de crecimiento o de avance en el Perú se circunscribe solo a un mero dato estadístico. Nada indica que la dinámica actual, ni la que se ha proyectado para este año, se traslade de forma tangible en una mejora de bienestar.
Los recientes datos de pobreza 2023 dados a conocer por el INEI, que registran una tasa de 29% (muy similar a los niveles de pandemia), nos coloca en una situación muy vulnerable que, con seguridad, continúa extendiéndose en este primer trimestre del año. Esto parece confirmarse con el mal dato de actividad de marzo que muestra una caída de -0.28%. Con ello, este primer trimestre 2024 apenas ha superado un crecimiento de 1.38%. Y, a partir de aquí, queda un largo trecho para llegar a la proyección oficial de 3.1% planteada por el Gobierno para este ejercicio.
Tomando en cuenta las delicadas condiciones del tejido social en el país y el debilitamiento del aparato productivo, va a costar muchísimo retomar la senda del dinamismo. Creciendo a 3% como pronostica el Gobierno en los próximos años, nos tomaría 20 años retornar a la tasa de pobreza observada previo a la pandemia. Creciendo a 2% nos tomaría casi 30 años. Creciendo a tasas menores, creo que difícilmente la contamos.
Dicen que “el cartero llama dos veces”, pero en el Perú esas alertan vienen siendo reiteradas. Desde hace más de una década se ha venido dando la alerta de la pérdida de productividad. Visitas reiteradas del “cartero” no han hecho mella en nuestros políticos que poco a poco fueron no solo olvidándose de la necesidad de avanzar con las políticas procompetitividad, sino mellando la institucionalidad aceleradamente, hasta dejarla en fragilidad extrema. ¿Se pueden hacer políticas públicas que nos saquen del hoyo actual en estas condiciones? Difícil.
Sirva el cúmulo de hechos y cifras estadísticas que se van acumulando, sin llegar aún a la mitad del año, para recordarnos la elevada cuesta que todavía nos queda en 2024 para cumplir con los pronósticos oficiales. El precio del cobre al alza podría lanzarnos un salvavidas para mejorar el perfil de crecimiento. Pero igual, será muy difícil que con ello mejore el bienestar ciudadano.