César Campos Rodríguez
Expreso, 2 de marzo del 2025
El lunes 24, el ministro de Economía y Finanzas, José Salardi, en la primera conferencia ofrecida a la prensa, sorprendió con un anuncio impactante: la proyección establecida por su despacho del crecimiento del PBI para el 2025 llega al 4 %. Según Salardi, el cálculo se fundamenta en el avance de la inversión privada y en la alta cotización de los principales minerales de exportación. Aseguró también que el déficit fiscal no superaría el límite de 2.2 % y que la deuda pública se mantendrá en 33 % del PBI.
El optimismo del ministro es compartido por uno de sus antecesores, Waldo Mendoza, quien, a través de la red social X, señaló: “Términos de intercambio en su nivel más alto desde 1974, superávit comercial de US$ 24 000 millones en 2024, tasa de interés internacional bajando e inversión pública creciendo en enero a 45 por ciento anual. Crecer a 4 por ciento en este año puede ser una proyección conservadora”.
Sin embargo, Mendoza también advierte: “El ministro de Economía tiene dos pruebas de fuego. Uno, no darle un centavo, ni en préstamo ni en aval, a Petroperú. Dos, parar la absurda propuesta del Congreso de elevar los beneficios tributarios al sector agroexportador. Costará trabajo, pero hay que hacerlo”.
Por su parte, otro exministro del MEF, Luis Miguel Castilla, entrevistado en el programa Rumbo Minero de Willax TV, apoyó la factibilidad de ese nivel de crecimiento, pero anotó lo difícil que será en un año preelectoral, donde la burocracia detiene o atrasa importantes decisiones. Además, sostuvo: “El déficit fiscal cerró en 3.7 % y el compromiso es bajarlo a 2.2 % del PBI. Es un tremendo ajuste, será la prueba de fuego de Salardi”.
En la línea escéptica se coloca Jaime Reusche, vicepresidente del Grupo de Riesgo Soberano de Moody’s, quien pondera el buen cierre del 2024 con un crecimiento de 3.3 %, el más alto de la región en esta parte del hemisferio. “Este año, la dinámica de crecimiento va muy favorable y es porque tenemos una baja base de comparación en la primera mitad del año. Esto insinúa una continuidad en el curso de la economía, pero esperemos que en el segundo semestre se dé una pequeña ralentización del crecimiento. Un crecimiento por encima de ese 3.3 % va a ser bastante difícil este año” (Gestión, 27/02).
Un dato curioso: la orden ejecutiva de Donald Trump para que el Departamento de Comercio investigue lo relativo a la importación del cobre no nos afectaría significativamente, pues los EE. UU. representan apenas el 2.4 % y es el cuarto destino de nuestra exportación cuprífera. Asimismo, dicha investigación demorará no menos de nueve meses.
Salardi, un ministro que inspira enorme confianza entre los agentes económicos, se la juega en grande con la valla que él mismo se ha impuesto.