Por César Campos
Expreso, 17 de Noviembre del 2019
En el affaire de la trama rusa que tiene en vilo a Donald Trump, una corte judicial de los Estados Unidos ha echado mano a Roger Stone –uno de los ex asesores del presidente norteamericano en materia de comunicaciones e intriga política– declarándolo culpable de nada menos que de siete delitos.
Stone, lobista de 67 años, es un personaje singular, influyente y cínico que siempre se ha movido en las esferas del poder de Washington (particularmente, del Partido Republicano) con muchos éxitos y pocos fracasos. Netflix le ha dedicado un documental extraordinario al cual titula “Get me Roger Stone” (Pásame con Roger Stone) donde revela sin tapujos su extraordinaria inteligencia puesta al servicio de la manipulación.
Cuenta por ejemplo que en las elecciones de 1960, siendo apenas un niño, esparció el rumor en su escuela de Lewisboro (Nueva York) que el candidato Richard Nixon establecería el dictado de clases los días sábados. Ello creó un pánico que sus condiscípulos llevaron hasta sus padres. “Ahí me di cuenta del gran poder de la desinformación”, dice sonriendo.
Casi parafraseando a Christian Barnard, señala: “no estás acabado cuando te derrotan sino cuando te das por vencido”. Su fórmula de triunfo, en el espíritu de Joseph Goebbels: “atacar, atacar, atacar. Nunca defenderse”. Haciendo un perfecto lineamiento sobre cómo activar los estímulos emocionales para la toma de decisiones, añade: “el odio es un motivador más fuerte que el amor”. Y justificando la naturaleza de su trabajo amoral, indica: “lo único peor que estar errado, es estar aburrido”.
En el mismo documental, Stone expresa: “hago todo lo necesario para ganar, salvo violar la ley”. No coincide el jurado federal que lo acusa de mentirle a una comisión del Congreso (bendito perjurio), manipular testigos y otros cargos relacionados con haberle proporcionado a WikiLeaks correos electrónicos de Hillary Clinton (rival de Trump en las elecciones 2016) obtenidos de manera ilegal.
Es un personaje de nuestro tiempo, donde el Brexit en Gran Bretaña y la misma elección de Trump forman parte de un mismo paquete que traduce el enorme impacto de acciones soterradas y sibilinas con las cuales lavan cerebros ciudadanos, fabrican historias, inclinan decisiones públicas o privadas, personales o colectivas, y logran enseñorearse en las sociedades para convertirlas en chusma, muchedumbre o barra brava.
Stone recibirá condena en enero de 2020. Goza de libertad por el momento merced al pago de una fianza.
En el Perú hay varios Stone haciendo de las suyas, manipulando información a su regalada gana. Es su deber, amable lector o lectora, detectarlos.