Parece claro que la historia de los casos Odebrecht comienza a cerrarse
César Azabache Caracciolo
Para Lampadia
El convenio probablemente se aprobará. Difícil imaginar que no después de la forma en que ha cambiado la historia de los casos a los que estuvo vinculado García. La Corte Suprema podría liberar a Keiko Fujimori como el Tribunal Constitucional liberó a Humala, más o menos por las mismas razones. El debate dejó de referirse a las interferencias originadas en el Congreso a comienzos de enero, con el auto de segunda instancia que confirmó la prisión preventiva. Ese auto se concentró en la actividad de abogados de la defensa que sostienen no haber tenido relación con ella al momento de los hechos. Ahí́ el dilema que la Corte Suprema deberá́ resolver. En cualquier caso, en lo personal creo que Jaime Yoshiyama, el principal personaje de la historia que cuenta Barata para esa campaña, tendrá́ que esperar juicio en prisión. Pero en cualquier escenario esta investigación, como las otras, llegará a juicio de todas maneras.
La fiscalía se tomará posiblemente este año para escribir las acusaciones. Toledo será extraditado algún día y quizá (espero que no) detenido algunas veces más por desórdenes como el que protagonizó hace poco, en marzo, en San Francisco, quizá ya sin universidad que lo acoja para ningún propósito (de hecho me intriga el origen de los fondos con los que paga sus gastos actualmente).
Veo una incógnita fuerte por despejar hacia noviembre, si la Corte Suprema acepta discutir con fuerza el alcance de las reglas sobre el lavado de activo. Esas reglas requieren una revisión sin duda alguna. Posiblemente esta sea la última discusión legal verdaderamente seria que queda pendiente en este final de historia.
Mientras tanto desfilarán los personajes y los últimos sucesos por develarse con avances cortos y quizá algunos retrocesos, pero todo susceptible de ser explicado en cuadrantes que ya están configurados. Será sencillo entender lo que siga.
La Procuraduría podrá o no (debería hacerlo) estirar sus brazos para afectar los derechos que Odebrecht aún tiene y debería perder sobre Olmos y Chavimochic. Podrá (debería) encontrar alguna forma de “desenganchar” el proyecto del Gasoducto del Sur y obtener la renuncia de Odebrecht y de cualquier de sus socias a cualquier arbitraje pendiente. Las consorciadas podrían encontrar una forma de reparar los daños pendientes de debate sin un juicio y las consecuencias del caso del club de la construcción probablemente modifiquen el mapa de empresas activas en el sector.
Producidas las confesiones de hoy sobre el caso García ya nada más puede ser sorprendente o inexplicable. Habrá sin duda errores y detalles por ajustar (como los que afectan la acusación de Toledo y los dos procesos que se siguen en su contra bajo normas distintas). Aparecerán en escena nuevos personajes (como OAS y Camargo Correa). Pero ninguna historia termina sin secuelas pendientes y lo que falta en estas parece sencillo de administrar, en tanto casos y en tanto información.
Cerrada esta historia, en lo que toca a sus fundamentos y consecuencias principales, corresponde comenzar a revisar de un vez por todas el modo en que abordamos estos asuntos. La transición de principios de siglo fue, a la luz de los hechos, un fracaso. Andábamos persiguiendo montesinistas mientras Toledo se hacía de una fortuna. Innecesario cualquier comentario. Anduvimos colocando presidentes que es así como han terminado tratando de “no regresar a los noventa”. Lo encuentro ridículo hasta en el resumen.
Lo que sigue, tendrá que ser un proceso en serio, uno verdaderamente definitivo. Empecemos entonces a hablar sobre el futuro. El pasado ahora se explica ya por si mismo.