Cristiano Sampaio
El Comercio, 26 de febrero del 2025
“Apostar por el talento no es una opción, es un pilar dentro de la estrategia. Si queremos empresas innovadoras, resilientes y preparadas para el futuro, es necesario invertir en quienes hacen esto posible”, escribe Cristiano Sampaio, CEO de Gloria.
La conversación dentro del sector privado suele darse alrededor de temas tácticos como inversión, infraestructura, tecnología y expansión. Sin embargo, una empresa es mucho más que eso. El talento es el elemento fundamental para el desarrollo y crecimiento de las organizaciones. Es gracias a ellos que los planes se ejecutan, los procesos funcionan y la innovación se materializa.
El talento en las empresas no solo permite la ejecución de estrategias y operaciones, sino que es el catalizador de la mejora continua. Sin colaboradores preparados y motivados, incluso las inversiones más ambiciosas pueden perder su impacto. Un estudio de McKinsey & Company reveló que las empresas con una estrategia clara de talento tienen hasta un 25% más de productividad y un 30% menos de costos operativos en comparación con aquellas que no la tienen.
En la industria de alimentos, el talento es uno de nuestros más valiosos activos, pues tiene entre sus manos una importante misión: llevar nutrición y seguridad alimentaria a millones de familias cada día. En toda la cadena de valor, cada persona desempeña un rol esencial en la entrega de productos confiables, accesibles y de calidad para nuestros consumidores.
El empoderamiento e inspiración de cara a nuestro público interno es crucial en el alineamiento con los objetivos estratégicos del negocio, y para obtener resultados tangibles. Un trabajador capacitado y seguro de sus conocimientos, es un talento que no teme cometer errores, pues sabe cómo enfrentarlos y aprende de ellos. Eso es lo que mueve a las organizaciones hacia el futuro; por ello es tan importante impulsar procesos de desarrollo y mapeo de talentos que nos permitan promover la capacitación y crecimiento de nuestros colaboradores.
El desarrollo de los trabajadores, sin embargo, va más allá de ello. Es necesario contar con oportunidades reales de reconocimiento y un propósito compartido que motive a los equipos a obtener mejores resultados y fomentar la innovación desde distintos frentes. Así, tener un enfoque basado en la gestión del compromiso del personal resulta sumamente importante. A través del reconocimiento constante por parte de los líderes, pares e, incluso, trabajadores de otras áreas, se logra poner en valor comportamientos asociados al propósito y, a su vez, generar una reacción en cadena entre los trabajadores que promueva la adopción de actitudes y conductas positivas para la organización.
Apostar por el talento no es una opción, es un pilar dentro de la estrategia. Si queremos empresas innovadoras, resilientes y preparadas para el futuro, es necesario invertir en quienes hacen esto posible. Desarrollar el talento significa garantizar sostenibilidad, fortalecer la cultura organizacional y construir un entorno donde cada persona pueda alcanzar su máximo potencial. Esta es la ruta no solo para crecer como empresas y como sector, sino también para generar un impacto real y duradero en la sociedad. «Diario El Comercio. Todos los derechos reservados.»