ComexPerú
Agosto 06, 2021
El 28 de julio, en su primer mensaje presidencial, el presidente Pedro Castillo habló acerca de la rentabilidad social de los proyectos mineros y que debían cumplir con esta condición para que se les dé luz verde. A pesar de que no quedó del todo claro a lo que se refiere este término, sería prudente recordar que la actividad minera en el país ya es capaz de generar impactos positivos tanto en el crecimiento económico como en la calidad de vida de las personas.
En primer lugar, tenemos el aporte de la minería a la generación de empleo. Según el boletín del Ministerio de Energía y Minas (Minem) de mayo, el empleo directo del subsector minero fue igual a 223,458 trabajadores, lo que significó un aumento del 6.5% con respecto a abril. De la misma manera, en lo que va del presente año, este sector creó más de 24,000 empleos formales directos con respecto a diciembre 2020. Las cinco regiones que lideran la distribución del empleo formal minero son Áncash, Arequipa, Moquegua, Junín y La Libertad.
En segundo lugar, el sector minero tiene un importante peso en las exportaciones. Según cifras de la Sunat, en el mes de mayo, las exportaciones mineras tradicionales (oro, cobre, zinc, plomo, etc.) sumaron un total de US$ 2,525 millones. Por su parte, las exportaciones de minerales no metálicos tuvieron un valor de US$ 44 millones en el mismo mes. Así, el total de exportaciones mineras sumaron US$ 2,569 millones, lo que se traduce en el 64.3% del total de exportaciones del Perú en el mes de mayo.
En tercer lugar, el sector genera una gran cantidad de recursos para el Estado. Si se toman en cuenta los cinco primeros meses del 2021, las transferencias mineras a las regiones por conceptos de canon minero, regalías mineras legales y contractuales, y derecho de vigencia sumaron un total de S/ 1,781 millones. Estas se destinaron a los Gobiernos subnacionales y universidades nacionales para inversión en infraestructura e investigación. Las regiones que más se beneficiaron con estas transferencias fueron Áncash, con más de S/ 451 millones; Arequipa, con más de S/ 216 millones; y Tacna, con aproximadamente S/ 170 millones.
Finalmente, existen impactos positivos de la actividad minera sobre las áreas en las que se desarrollan. Por ejemplo, un estudio del American Economic Journal evidenció que la mina Yanacocha en Cajamarca aumentó los ingresos reales de las familias en la ciudad y en las zonas rurales cercanas. Este crecimiento se produjo principalmente por un impulso del consumo local y encadenamientos hacia atrás. Por otro lado, la Asociación Peruana de Economía mostró que la minería mejora el consumo per cápita, los resultados educativos y reduce la pobreza a nivel distrital.
Curiosamente, ambos estudios no encontraron resultados concluyentes con respecto al efecto del canon minero. Ello no es sorpresivo, ya que, a pesar de que los recursos transferidos por la minería han sido significativos, sin un correcto uso de estos por parte de los Gobiernos subnacionales, su efecto se ve disminuido. Recordemos que en 2020 solo se ejecutó el 52.6% y el 41.4% de lo recaudado por concepto de canon y regalías mineras (ver Semanario 1075).
Por otra parte, la responsabilidad social empresarial (RSE) es otro mecanismo por el cual las mineras impactan en el desarrollo de las áreas donde operan. La ausencia del aparato estatal y la ineficiencia del gasto del canon hacen que esta dimensión cobre gran importancia para las comunidades.
La evidencia muestra que las iniciativas de RSE de las mineras han tenido un impacto positivo adicional en materia social y económica de las comunidades donde se desarrollan. Por ejemplo, Yanacocha y Antamina construyeron infraestructura, y equiparon las escuelas y puestos de salud de los distritos donde se ubicaban. Además, Yanacocha estableció iniciativas de desarrollo productivo local y fortalecimiento de mypes. Asimismo, en el libro Buenas prácticas peruanas de responsabilidad social se recopilan los proyectos ambientales y de desarrollo social que Buenaventura tuvo en el distrito de Ccochaccasa, en Huancavelica. La minera construyó el Instituto Superior Tecnológico de Lircay, que nutre el capital humano de la población a través de carreras técnicas. Consiguieron, a su vez, la electrificación de Huancavelica al construir una línea de transmisión eléctrica, y establecieron diversos programas para la población como el de Reconversión Laboral y de Reducción y Alivio a la Pobreza.
De esta manera, se observa cómo la minería puede ser más que responsable: puede mejorar la calidad de vida de las personas de las áreas de influencia a través de acumulación tanto de capital físico y humano, acceso a servicios básicos y mejora de infraestructura existente; genera múltiples puestos de trabajo y otorga múltiples recursos al país en la forma de divisas e impuestos. Por supuesto, se debe exigir también que las autoridades gubernamentales cumplan sus funciones óptimamente para que el desarrollo local que pueden generar los proyectos mineros sea de mayor escala.