Por: ComexPerú
29 de enero de 2021
El desempeño del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) en el manejo de la política monetaria ha sido excepcional en los últimos años, por lo que ha sido calificada como la entidad pública de mejor desempeño, según la XIV Encuesta Anual de Ejecutivos 2019. Este también se refleja en los reconocimientos para el presidente del Directorio, Julio Velarde, quien fue galardonado como el Banquero Central de las Américas del 2020 por la revista internacional The Banker, del grupo Financial Times.
La independencia en la toma de decisiones del BCRP ha sido importante para el país, y se destaca principalmente el control de la tasa de inflación dentro del rango meta (de entre el 1% y el 3%), como una de las menores de la región después de Colombia y Chile. En 2018 y 2019, la inflación fue del 2.2% y el 1.9%, respectivamente, y de acuerdo con el último Reporte de inflación a diciembre de 2020, la tasa de inflación a noviembre fue del 2.14% y se proyecta una inflación entre el 1.5% y el 2% para 2021, y del 2% para 2022.
Es importante resaltar también el manejo responsable de todas las acciones necesarias tomadas antes y durante la crisis por la pandemia para sostener el sistema de pagos y la cadena de créditos de la economía. Una de ellas fue la reducción de la tasa de interés de referencia del 1.25% al 0.25% en abril de 2020, la más baja de la historia, para lo cual se tomó en cuenta el debilitamiento significativo de la demanda interna y se tenía como objetivo promover la circulación de efectivo, evitar el enfriamiento de la economía y dinamizar el gasto, el consumo y la inversión.
Al respecto, el éxito de las políticas que propone el BCRP dependen en su mayoría del alto grado de articulación y confianza que genera la entidad en los diversos actores involucrados para que funcione el canal de transmisión. Por ejemplo, en el caso de la reducción de la tasa de referencia, la efectividad de la política pasaba por la liquidez necesaria que ofrecía el BCRP a los bancos para que coloquen los créditos de capital de trabajo en las empresas.
El BCRP prevé una recuperación de la actividad en 2021 y 2022, sustentada en la normalización de la producción local, la mejora gradual de la economía de nuestros principales socios comerciales y de los términos de intercambio, así como una posición altamente expansiva de la política monetaria y el fortalecimiento de la confianza empresarial. Por ello, se resalta su capacidad de implementar políticas que no responden necesariamente a las solicitudes del Ejecutivo o cualquier otro poder del Estado.
PERSPECTIVAS Y RETOS
Una economía sólida como la nuestra tiene como principal desafío mantener la estabilidad financiera y monetaria, y esta puede verse amenazada por la inestabilidad política. Al respecto, en diciembre de 2020, la agencia de calificación de crédito Fitch Ratings cambió su perspectiva sobre el panorama para la economía peruana de estable a negativo, debido a los problemas evidenciados para gestionar la emergencia sanitaria en el país y la inestabilidad política persistente. Sin embargo, el perfil de la deuda soberana aún se mantiene en BBB+, gracias al apoyo de instituciones macroeconómicas y organismos financieros externos.
Aunque el cambio de percepción no supone un problema grave para el país, esta calificación es un recordatorio de la necesidad de mantener el equilibrio macroeconómico y una llamada de atención a la clase política por la inestabilidad generada a través de iniciativas como la devolución de aportes de la ONP, propuesta que le representa al país US$ 4,000 millones de gasto adicional, es decir, 2 puntos porcentuales del producto bruto interno (PBI), lo cual repercutirá en la política fiscal del país.
Por ello, se espera que, en la próxima contienda electoral, los candidatos presidenciales y congresales no cuestionen la independencia y autonomía del BCRP, que todos estos años ha brindado seguridad en el ámbito monetario. Aunque a la fecha las propuestas planteadas a nivel macroeconómico se encuentran alineadas con el actual modelo, se exhorta y recuerda a los candidatos que deben enfocar sus propuestas en los principales problemas sectoriales que hoy enfrentamos, con el objetivo de mejorar los niveles de competitividad y desarrollo del país