Comex Perú
Febrero 08, 2019
Una de las grandes lecciones aprendidas en materia de políticas públicas es el impacto que generaron el libre mercado y la integración con el mundo en el desempeño de nuestra economía.
- Crecimiento sostenido del PBI
- Reducción de la pobreza
- Incremento del bienestar de la población
- Oportunidades para más peruanos
Son las más importantes consecuencias que este modelo económico ha traído al país. Así, insertarnos en la economía global nos permite explotar las ventajas comparativas que tenemos e impulsar las posibilidades de especialización.
En este contexto, el pasado 1 de febrero se cumplieron diez años desde que el Acuerdo de Promoción Comercial (TLC) entre nuestro país y EE.UU. entró en vigor. Dicho acuerdo dio inicio a una nueva etapa en nuestras exportaciones, caracterizada por un crecimiento exponencial que se tradujo en nuevos puestos de trabajo y ahorros significativos para las empresas peruanas en el comercio internacional. De acuerdo con cifras de la Sunat, entre 2009 y 2018, nuestras exportaciones totales al mercado estadounidense registraron un crecimiento acumulado del 66.2%, con una marcada tendencia positiva en el desempeño de las exportaciones no tradicionales —que incorporan un mayor valor agregado—, las que crecieron un 134% en el mismo periodo, con un crecimiento promedio anual del 10%, muy por encima del registrado por las exportaciones totales hacia dicho destino (5.8%).
En lo que respecta a las exportaciones peruanas del rubro no tradicional hacia los EE.UU., destaca el dinamismo del sector agroexportador, cuyos envíos representaron el 51.2% de estas y alcanzaron un incremento acumulado del 224% en el periodo 2009-2018, al pasar de US$ 580 millones a US$ 1,879 millones, lo que reflejó un crecimiento promedio anual del 14%. Asimismo, aunque en menor medida, el sector pesquero del rubro no tradicional ha mostrado también un resultado positivo, con una tasa de crecimiento anual promedio del 9.8%; así como el siderometalúrgico, con un 14.1%, y el minero no metálico, con un 20.3%.
Entre los principales productos del rubro no tradicional que exportamos hacia EE.UU., destacan las uvas, que entre 2009 y 2018 alcanzaron un crecimiento acumulado del 746%, con un crecimiento promedio anual del 27%. Asimismo, los arándanos, cuyos primeros envíos significativos hacia los EE.UU., en 2013, alcanzaron un valor de US$ 7 millones, y hacia 2018 ascendieron a US$ 289 millones, lo que evidenció un crecimiento promedio anual del 111%. Le siguen los espárragos frescos o refrigerados, cuyas exportaciones en los últimos diez años alcanzaron un crecimiento acumulado del 48%, al pasar de US$ 157 millones en 2009 a US$ 232 millones en 2018, lo que refleja un crecimiento promedio anual del 4%. Asimismo, las paltas, cuyas exportaciones, en 2009, apenas alcanzaban los US$ 139,000, registraron, en 2018, un valor exportado de US$ 176 millones, lo que evidencia un crecimiento promedio anual del 121%.
De igual forma, los beneficios del TLC se extienden también a las importaciones, al permitir que cientos de empresas peruanas accedan a una mayor tecnología para mejorar su productividad, a menores costos. Esto resulta de especial importancia si se tiene en cuenta que alrededor del 13.3% de las importaciones de bienes de capital para la industria provienen de EE.UU., y que, gracias a las políticas de apertura comercial, y en particular del TLC, ingresan a nuestro país libres de aranceles. Igualmente, un 13.4% de las importaciones de bienes de capital para la agricultura proviene de dicho mercado, y en los últimos diez años se incrementaron un 42.4%.
Por otro lado, las importaciones de materias primas provenientes de EE.UU. registraron un importante crecimiento entre 2009 y 2018. Por ejemplo, las de materias primas para la industria pasaron de US$ 1,617 millones a US$ 2,795 millones, con una tasa acumulada de crecimiento del 72.9%. Además, las de materias primas para la agricultura crecieron un 53.1%, al pasar de US$ 188 millones a US$ 288 millones. Las cifras no mienten, el acuerdo comercial que nuestro país firmó con EE.UU. ha resultado beneficioso para el Perú. No obstante, aún tenemos retos para aprovechar, no solo en este acuerdo, sino en todos los acuerdos comerciales, así como explotar al máximo nuestro potencial en materia de comercio exterior. Así, urge atacar problemas estructurales de nuestra economía que llevan años sin ser atendidos: infraestructura (mantenemos una brecha de más de US$ 160,000 millones); reducción de costos logísticos, que afecta negativamente la cadena del comercio exterior; ejecución de proyectos de irrigación paralizados por más de US$ 3,500 millones, que ampliarían la frontera agrícola en 200,000 hectáreas; la tan necesaria reforma laboral, que elevaría aún más la competitividad de nuestra economía; es decir, una lucha frontal para elevar la competitividad de nuestra economía y así aprovechar aún más las condiciones y preferencias que otorga la apertura comercial. ¡Solo depende de nosotros!