Charo Camprubí
Desde España
Para Lampadia
Una foto vale más que mil palabras y, en este caso, son tres. Tres fotos con una carga política importante efectuadas casi simultáneamente.
- La primera foto es la de Isabel Díaz Ayuso, Presidenta de la Comunidad de Madrid [Alcaldesa], en el balcón de la Puerta del Sol a solas con Milei. De esta foto cabe hacer una doble lectura. La primera en términos de lo que sucede dentro del Partido Popular y la segunda, en términos de su relación con el gobierno de la Nación.
En el PP la foto ha creado malestar porque a Ayuso se le ha visto el plumero. Ha mostrado que su impaciencia por ser la líder del Partido Popular no tiene límites. Este era un secreto a voces porque hace tiempo que Ayuso marcó el paso a Feijóo siendo siempre la primera en hacer declaraciones sobre cuestiones importantes que no son de su competencia. Pero de ahí a condecorar a un mandatario extranjero sin invitar al líder de su partido, es otro cantar.
Estaba sola en el balcón, pero tenía tras las bambalinas a Aznar y a su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez. Sin su visto bueno, Ayuso no se hubiera atrevido a hacer un acto tan osado. Dado que Milei utiliza un lenguaje semejante al de Vox y que Ayuso se expresa como si fuera Vox, parece claro que Aznar quiere que sea la línea que se imponga en el PP. Esto se sabía, pero no se había manifestado de una manera tan clara.
En relación con el gobierno de la Nación, Ayuso cometió el error de no informar al gobierno de que iba a condecorar a Milei, lo cual fue considerado “una deslealtad institucional”, dado el conflicto diplomático que existe en este momento entre España y la Argentina de Milei. En palabras del ministro de Justicia, la ceremonia “atenta claramente” contra la ley de Acción y del Servicio Exterior del Estado al no habérselo comunicado a Moncloa. La condecoración está pues en entredicho.
- La segunda foto fue tomada en Bruselas y causó conmoción en España. En ella, la comisaria checa de la Unión Europea, Véra Jourová, está situada entre el ministro de Justicia de España, Bolaños, y el parlamentario europeo del PP, González Pons. En el acto, Bolaños y Pons se dieron la mano y firmaron el acuerdo para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el órgano político de los jueces encargado de efectuar los nombramientos a altos cargos de la judicatura, incluido a los jueces del Tribunal Supremo.
Esta renovación llegó a estar tan enquistada que España solicitó la mediación de la UE. Por eso la firma de este importantísimo pacto de Estado tuvo lugar en Bruselas. Se considera un gran paso hacia la despolitización de la justicia. Dicha renovación había estado a punto de efectuarse desde la época en que Casado era el líder del PP, pero siempre terminaba por aplazarse.
Al PP no le interesaba en absoluto su renovación porque desde el gobierno de Rajoy tenía mayoría en dicho órgano y muchas causas judiciales pendientes. Además, pensaba que el gobierno de Sánchez caería con rapidez. Entonces, ¿para qué renovar un órgano de mayoría conservadora y cambiarlo por uno que sería de mayoría progresista, dado que en la elección de sus vocales interviene el Congreso de los Diputados? Esto explica que el PP dejase pasar ¡cinco años! para firmar el acuerdo.
Pero, después de las elecciones al Parlamento Europeo del 9 de junio el PP comprendió que Sánchez seguiría gobernando España. Y Sánchez amenazó con un ultimátum: o se renovaba el CGPJ o se le privaría de competencias muy importantes. Es entonces cuando Feijóo dio la fumata blanca a la renovación dejando descolocada a Ayuso que acababa de hacer declaraciones en contra. Abascal, indignado, declaró: “La traición se ha consumado”. Este ha sido un acto de afirmación por parte de Feijóo.
El pacto también ha caído como un jarro de agua fría en varios de los partidos que apoyan al gobierno que se han puesto nerviosos ante la posibilidad de más acuerdos entre el PP y el PSOE. Han llegado a decir: “El PSOE ha elegido un nuevo socio”. Eso es una exageración ya que el PP sigue al ataque aunque, efectivamente, Sánchez dijo: “Ojalá este sea el primero de otros muchos acuerdos”.
- La tercera foto es la del ex consejero de Interior de Cataluña, Miquel Buch, entrando en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña con los dos puños en alto. Al salir, era el primer amnistiado, a pesar de que sobre él pesaban cargos de malversación, ya que el tribunal consideró que no hubo enriquecimiento personal. A él se sumaron 16 condenados por disturbios. La Amnistía ya es una realidad.
Lampadia