Charo Camprubí
Desde España
Para Lampadia
Por tan solo dos votos de diferencia (167 a favor, 165 en contra y 18 abstenciones) el socialista Pedro Sánchez ha sido investido presidente del Gobierno de España. Lo apoyan, sea votando a favor o absteniéndose, la izquierda radical; partidos nacionalistas, regionalistas, independentistas e incluso EH Bildu (ex-etarras). Veamos cuales son los aspectos más relevantes de este futuro gobierno.
Es el primer gobierno de coalición de la democracia española. Sánchez hubiera preferido gobernar en solitario o, por lo menos, sin los independentistas catalanes, pero no lo consiguió ya que el Partido Popular rechazó abstenerse tanto en la investidura de julio de 2019 como en la de ahora y Ciudadanos tampoco cooperó. Sin embargo, los socialistas sí se abstuvieron para permitir que gobernara Rajoy. No ha habido reciprocidad.
Es un gobierno de coalición de izquierda entre el PSOE y Unidas Podemos, que a su vez está en coalición con Izquierda Unida (antiguo partido comunista). Esta unión de la izquierda no se había producido desde la guerra civil española de 1936.
Es un gobierno que divide al independentismo catalán en dos: los pragmáticos, que con su abstención van a ayudar a la gobernabilidad de España y a negociar una salida consensuada a la crisis catalana (Esquerra Republicana), y los radicales que votan, junto con la derecha, en contra de Sánchez (JxCat de Puigdemont y la CUP). Estos partidos son rivales entre sí y pronto habrá elecciones en Cataluña. Veremos que opción gana.
Es un gobierno frágil: solo tiene 2 votos de mayoría y tendrá que gobernar en el parlamento más fragmentado de la historia de la democracia ya que están representados 22 partidos políticos muchos de los cuales son regionalistas, nacionalistas o independentistas. Gobernar España siempre fue difícil debido a su diversidad territorial. Ahora lo será aún más.
Es un gobierno que hace de la cohesión territorial una de sus prioridades: “Vamos a dejar atrás la vía judicial y devolver a la política lo que es un conflicto político”, dice Sánchez en relación con Cataluña.
Es un gobierno progresista moderado que se articula alrededor de algunos ejes como la reforma del mercado laboral; la subida del salario mínimo; la indexación de las pensiones; el feminismo y el ecologismo. Una buena garantía de moderación es el apoyo a este gobierno del Partido Nacionalista Vasco (PNV) conocido por sus buenas relaciones con los empresarios.
Es un gobierno que la derecha trató de boicotear por todos los medios: primero intentaron que los barones del PSOE desautorizaran a Sánchez en su estrategia de negociar con Esquerra Republicana (ERC); luego presionaron a los pequeños partidos que apoyaban su investidura para que cambiaran su voto y, por último, desde la Tribuna del Congreso de los Diputados, la líder de Ciudadanos hizo un llamamiento a que al menos “un socialista valiente” no votara la investidura de Sánchez. La derecha también parece estar detrás de que la Junta Electoral Central, en vísperas del debate de investidura, inhabilitara a Quim Torra como Presidente de la Generalitat de Cataluña y a Oriol Junqueras como eurodiputado. Este bombazo tenía por objetivo soliviantar a los catalanes para dinamitar el pacto de investidura gestado entre el PSOE y ERC. Nada les funcionó.
Es un gobierno que será sometido a una oposición implacable: Eso ha quedado muy claro durante el debate de investidura por el tono durísimo de las intervenciones de los líderes de las tres derechas (Partido Popular, Ciudadanos y Vox) que utilizaron adjetivos muy hirientes como traición, infamia y otros, y por la amenaza de llevar la lucha política no solo al Parlamento sino también a los tribunales y a la calle.
Es un gobierno que pone fin al bloqueo. El 45% de los españoles considera la política y a los políticos el tercer problema del país por su incapacidad en ponerse de acuerdo. ¡Ha habido 4 elecciones generales en cuatro años y una moción de censura! Sin embargo, la derecha quiere perpetuar el bloqueo mientras ellos no ganen las elecciones. Desde la Tribuna, la líder de Ciudadanos le pidió a Sánchez su dimisión, como también lo hizo el Partido Popular la noche del resultado electoral. Sánchez ha tenido que recordarles que él ha ganado cinco elecciones en el 2019 (autonómicas, municipales, europeas y dos generales) y que la composición de la Cámara es la que han votado los españoles. Ha explicado que las alianzas que se han tejido son producto de esa composición y que “Ni se rompe España ni se rompe la Constitución, solo se rompe el bloqueo”.
Vox lanzó la frase más peligrosa para la democracia al decir: “Este es un gobierno ilegítimo”. También llama la atención que el Partido Popular se comporte como una estatua de sal. No hay ideas nuevas ni propuestas constructivas para resolver la crisis catalana. Solo la repetición machacona de que cualquier apertura a los independentistas catalanes llevaría a España hacia su destrucción. Lampadia