Por Cecilia Valenzuela
El Comercio, 21 de octubre, 2015
El presidente Ollanta Humala ha despedido a la abogada del Estado que, en base a una documentación extensa e innegable, investigaba a su mujer. Ayer el presidente destituyó a la procuradora de Lavado de Activos, Julia Príncipe; ella había entregado las agendas de Nadine Heredia a la fiscalía y había iniciado una investigación exhaustiva de sus contenidos.
La resolución que cesa en el cargo a Príncipe lleva la firma del esposo de su investigada; y aunque también firman el primer ministro y los titulares de Justicia e Interior, el nombramiento o el cese de un procurador dependen, estrictamente, de la voluntad del presidente de la República. Con esa jugada, el rey se puso en jaque.
En mayo del 2013 publiqué la columna “Los peones y la reina”, en la que daba detalles de una conversación entre el presidente Humala y Raúl Castro: Hugo Chávez agonizaba y, preocupados por el futuro inmediato, los Castro habían llamado a la isla a todos sus allegados. La forma como los cubanos manejaron las últimas horas del dictador venezolano provocó, entonces, filtraciones en la alta inteligencia chavista.
Una de esas filtraciones nos permitió saber del reclamo que Raúl Castro le hiciera a Ollanta Humala por la salida de Salomón Lerner y su gente del gobierno en el Perú, así como por el distanciamiento de los izquierdistas que dejaron entonces su bancada. Según la versión de mi fuente –que publiqué hace dos años y medio y nunca fue negada–, la respuesta que el presidente Humala le dio a Raúl Castro fue la siguiente: “He sacrificado a los peones para proteger a la reina”.
Pero a pesar de esa expresión, el presidente ignora las reglas del ajedrez: primero, no distingue el valor de cada ficha, y segundo, no sabe que se puede sacrificar a la reina para salvar al rey, porque cuando cae el rey, hay jaque mate y se acaba la partida.
Lerner no fue nunca un peón, fue más bien el alfil que, como consta en las agendas, le abrió el camino para las campañas del 2006 y 2011.Y su jugada de ayer, botar a la procuradora que investigaba a su esposa, exponiendo a la vergüenza a Pedro Cateriano y a José Luis Pérez Guadalupe, lo deja muy solo; sin caballos y sin torres.
¿Qué está planeando el presidente? Hay que tener en cuenta la mentalidad poco democrática y falta de estrategia que lo acompañan; su carrera militar fue menor, no llegó a general, no hizo, siquiera, el curso de Estado Mayor en el Ejército; su formación tiene más de don Isaac que del mariscal Cáceres.
El hecho de que ayer mismo el Tribunal Constitucional haya fallado en contra de Nadine Heredia y le permita a la fiscalía investigar sus cuentas, las de su hermano y las de su mejor amiga debe haber provocado una tremenda irritación en el ánimo castrense del presidente.
Recientemente nos hemos preguntado a santo de qué ascenderá a cuatro de sus compañeros de promoción –cambiando la ley y vulnerando a otras promociones– a generales de división, y por qué ha ascendido a generales de brigada a 34 oficiales de las promociones que integraron él y su hermano. ¿Acaso piensa que puede canjear a sus generales por otras fichas?
Ayer el presidente botó a una procuradora muy respetada, condujo a la renuncia a su ministro de Justicia y ha puesto en riesgo de censura a su primer ministro. ¿Está pensando patear el tablero?