Carlos Milla Vidal
Cusco
Para Lampadia
Hacen unos días, el Premier Salvador del Solar, llegó a Cusco, y anunció una “Conferencia magistral”, en el paraninfo Universitario… El nombre de la conferencia era definitivamente motivador, sobretodo para quienes nos esforzamos en ver una luz, en ésta terrible oscuridad de enfrentamientos, y corrupción: “El país que soñamos, las reformas políticas indispensables.”
Claro que era un título motivador, porque quienes seguimos de alguna manera la política, peruana, tenemos absolutamente claro, que, si llegamos al 2021, sin una verdadera y audaz reforma institucional, que incluya una ley de partidos, una reforma electoral, un nuevo poder judicial, simplemente estaremos ante la confirmación de un país fallido, una república inviable. Habremos caído, no sólo en la trampa de los ingresos medios, que ralentiza cualquier desarrollo económico, sino que cualquier crecimiento simplemente no alcanzará para dar el salto…. No será posible continuar con la ruta de progreso, si no empezamos a cambiar “producto, por concepto”, como ya lo hacen los países que nos llevan la delantera. En suma, esperábamos que el premier nos diga algo sobre “Las reformas de segunda generación”, sobre cuya necesidad no hay duda alguna.
El auditorio, algo raleado al principio, causaba incomodidad entre las personas que trabajaban con el premier. El grupo de prensa de la PCM, diligentemente hacía todo lo posible para que las personas que estaban detrás del auditorio, pasen adelante… Hacía falta filmar un grupo compacto, lleno de espectadores. Empezamos a percibir que “las formas” serían más importantes que “el fondo” … y no nos equivocamos.
Salvador, cuya capacidad intelectual, su preparación académica y dotes histriónicas están fuera de toda duda, se adueñó del auditorio con un discurso motivador, un discurso cargado de optimismo, recordando que el Perú ya había pasado sus peores momentos, cuando “La única salida era el aeropuerto”, aludiendo a la diáspora peruana de fines de los 80. El mensaje quedaba claro: “Atrévanse a soñar en un país mejor… a los 200 años de la independencia”. Hizo un énfasis muy “emocional” en el tema de mujer y de igualdad, en recuerdo a Trinidad Enríquez, la primera mujer Cusqueña que ingresó a las aulas Universitarias, a principios del siglo XX. El sesgo sin embargo hacía ver que se dirigía, sin disimulos, al 50% del auditorio, sus futuras electoras.
LO QUE NO DIJO
No dijo nada de “Las reformas políticas indispensables” (que era precisamente el título de su conferencia). No trató de explicar los proyectos de reforma enviados por el Ejecutivo al Congreso. No explicó en qué consiste, la bicameralidad, tampoco habló de la ley de financiamiento de partidos, cuya ausencia hizo que la corrupción se apodere de la política peruana. No dijo nada de las reformas que garanticen un mínimo de institucionalidad para permitir una mejor vida partidaria. No habló de la necesaria democracia interna para garantizar una mejor idoneidad y calidad de representantes. No dijo nada sobre la necesidad de elegir al congreso en segunda vuelta, para evitar que quede torcida la voluntad popular con los resultados que conocemos. No dijo nada sobre la reforma del Poder Judicial.
No dijo (y esta fue su gran carencia) que el crecimiento económico fue posible gracias a una ECCONOMIA DE LIBRE MERCADO, a una disciplina fiscal y a un buen manejo del BCR.
Naturalmente su evidente cálculo político le hizo evitar reconocer en la Constitución del 93 los méritos de nuestro crecimiento.
Y es que, a pesar de tener un auditorio de Jóvenes, estudiantes Universitarios, que tendrían una única oportunidad de escuchar temas cuya relevancia es indudable, y a partir de allí, reflexionar seriamente para el futuro del país prefirió jugar con emociones, y no proponer pensamiento. ¡Los jóvenes presentes se perdieron la oportunidad de pensar!!!!
LO QUE DIJO BIEN
Recordó para los jóvenes, los grandes avances que ha tenido el país, en la reducción de la pobreza (unos espectaculares 30 puntos en los últimos años). Recordó con optimismo que debíamos soñar en un mejor país. Contó a manera de anécdota su vuelta a las aulas de La Católica a 24 años de haber egresado, comparando cómo habían cambiado (para bien) las condiciones del Perú.
Llamó la atención sobre la relación inversa entre crecimiento económico y ciudadanía, nuestra gran tarea pendiente. Y Claro… tenemos una sociedad con una gran clase media de consumidores, que no tienen el rudimento más básico de la vida en sociedad: EL RESPETO AL DERECHO AJENO.
Definió, la necesidad de reconocernos en diversidad, como única salida para construir un país Unitario.
LO QUE DIJO MAL
¡Fue de muy mal gusto que se refiera a los EMPRESARIOS, cuando dijo que “Hemos sido gobernados por empresarios corruptos!!!”. Y esa fue la única referencia a la empresarialidad en toda la hora que duró la charla.
Creemos que la función de un gobernante (en alguna medida Salvador lo es) pasa necesariamente por reconocer los méritos de la empresa, grande o pequeña. Parece que quiere dejar que la gente asocie la palabra EMPRESA, con corrupción, y ese es el viejo libreto radical que desde los 60 ha constituido base del discurso de “castigo al éxito”. Que ha calado tan hondamente en toda la población peruana… Tan complejo es el tema, que el castigo al éxito, puede fácilmente convertirse, cuando llegas a ser exitoso, en un sentimiento de culpa y vergüenza. Una carencia, por decir lo menos que nuestro primer ministro no mencione que los verdaderos artífices de este nuevo Perú, han sido precisamente emprendedores, chicos y grandes, que con creatividad y resiliencia han sabido CREAR RIQUEZA.
Es inaceptable que se caiga en el facilismo de atribuir al empresario los terribles casos de corrupción, y que por algunos pocos malos negociantes, se desprestigie la palabra EMPRESARIO.
Por consiguiente, creemos que el primer ministro es una persona de grandes dotes personales, y acaso también políticas. Sin embargo, la RESPONSABILIDAD de haber asumido el premierato debe hacerle pensar que es momento de GOBERNAR… Tenemos dos largos años para poder hacerlo.
Las dificultades no son pocas… Sin embargo, felizmente, los caminos ya son conocidos, las reformas planteadas son indispensables. Hacer que esto suceda no va a depender de enfrentar al peor congreso de todos los tiempos.
Las reformas van a pasar necesariamente por hacer docencia, y demostrar la necesidad de actuar con la mirada puesta en el bien mayor. La gran masa electora debe saber que necesitamos un país mejor y esto sólo se logra con el Estado de derecho, el imperio de la ley, los valores cívicos, es decir seguir apostando por una verdadera República. Ese es el mensaje que el país entero espera de nuestro carismático Premier.
Naturalmente sabemos que hará falta una gran capacidad de entendimiento, de negociación, con las fuerzas opositoras, capacidad de convencimiento.
Señor primer ministro: La Historia le ha dado una invaluable oportunidad de aportar para el país que queremos. No desperdicie esta oportunidad. Tiene las dotes para “estar a la altura”. Y si así prefiere, dentro de dos años, conviértase en candidato. Es posible que personas como yo podamos considerar darle nuestro voto. Lampadia