PARTE I
Carlos Milla
Desde Cusco
Para Lampadia
No creo que exista ningún peruano que no sienta ese “gran orgullo” cuando escucha hablar de Machupicchu, esa portentosa obra que representa el cúmulo de conocimientos adquiridos durante de miles de años de desarrollo independiente en los andes desde los albores de la civilización en Caral.
Perú se sitúa en el único territorio de montañas tropicales del planeta. Un territorio donde la simple supervivencia, la adaptación y el desarrollo de tecnologías únicas, retaron a los antiguos habitantes de esta tierra.
Visitar Machupicchu causa en cualquier visitante, ese momento mágico, esa “percepción de lo sublime” que, aunque duren muy pocos segundos llena el espíritu de una sensación indescriptible de sobrecogimiento, admiración, de esa energía que no se ve, pero se percibe.
Un tema de Jerarquía
Hablando de turismo; Perú tiene todas las condiciones para desarrollar muchos destinos. Todos ellos de una jerarquía excepcional. Es evidente que cada uno de ellos, competiría con ventaja contra otros atractivos de otros países de la región, o del mundo.
Sin embargo, la jerarquía de Machupicchu es tan grande, que su imagen logra opacar a todos los atractivos posibles.
Machupicchu está en el imaginario del viajero mundial, y lidera por muchos años, las encuestas en las que se pregunta a los viajeros, ¿Qué sitio del mundo quisieras conocer antes de morir? Machupicchu está presente en el número uno los “wish list” de viajeros de todo el planeta.
¿Es esta una buena noticia?
No sé decirlo, porque cuando vinculamos Machupicchu a nuestro país, surge la primera decisión en los deseos de viaje de los turistas. Si no puedo llegar a Machupicchu, ¿Para qué voy a Perú?
Perú, país de maravillas, megadiverso, primer destino gastronómico, con atractivos naturales y culturales, con una ciudad como Lima, plena de oportunidades de visita, pasa a estar “secuestrado” por la imagen tan poderosa que tiene Machupicchu. Las estadísticas lo dicen… Todos los países de la región superaron sus cifras pre pandemia, a excepción de Perú; y una de las explicaciones es que no estamos tratando a Machupicchu como deberíamos, consecuentemente si no hay acceso seguro a Machupicchu, la economía nacional sufre.
El obsoleto modelo de manejo turístico
Desde que empezamos a recibir turistas, hace más de 8 décadas, optamos por un modelo: Un tren de trocha angosta, que debe discurrir con velocidad controlada por las quebradas interandinas, hasta la montaña boscosa, un obsoleto sistema de acceso a la montaña, por una peligrosa carretera de tierra, en buses.
Una visita al centro nuclear de la ciudadela (hoy llamada “la llaqta”). Mucha congestión por falta de planificación. Hasta 2016, todos los turistas debían pasar por una misma y reducida puerta, tanto de ingreso y salida al área nuclear del monumento.
La historia continúa… los turistas luego de visitar la llaqta deben volver a andar el camino de regreso, por la misma peligrosa carretera, el mismo tren, hasta su lugar de destino. Es decir, este modelo es la negación de lo que debe ser un circuito.
Esto en lo central, no ha cambiado, se han puesto algunos paliativos, como horarios de entrada y circuitos, pero la calidad de la experiencia sigue declinando principalmente por la falta de un elemento organizador de los flujos turísticos y donde se brinde información básica que el Ministerio de Cultura ha venido trabajando desde 2014 pero que, hasta la fecha, no se da debido a percepciones erróneas y amenazas por parte de un segmento de la población de aguas calientes.
El pueblo de aguas calientes y el modelo de economía
Se ha convertido en un conglomerado informal de urbanismo caótico, y de actividades de servicios donde la calidad de la experiencia no es un argumento. Un pueblo situado entre tres cuencas, todas ellas potencialmente peligrosas pues pueden repetirse en cualquier momento eventos de huaycos e inundaciones que ya han cobrado vidas, han arrasado edificios y patrimonio. No se ha invertido en el control de deslizamientos en las partes altas de las cuencas. De acuerdo con INDECI, aguas calientes se encuentra básicamente en dos zonas: riesgo alto y riesgo muy alto.
No se respetan los parámetros urbanísticos y el robo de la vía pública para continuar con la construcción de grandes moles de cemento es permanente.
El pueblo no tiene un sistema de tratamiento de residuos sólidos. (estos son evacuados en tren por una de las compañías de ferrocarril). Las aguas servidas se vierten al río sagrado, sin tratamiento.
Las millonarias rentas que tenía el municipio, fueron gastadas en obras ornamentales -que en muchos casos no corresponden al mundo andino- y en celebraciones.
Este lugar, a pesar de su potencial de desarrollar atractivos complementarios a la visita a Machupicchu, como lugares culturales, (ya se habló de un orquideario), o rutas alternativas de trekking, se ha convertido en un lugar con sobreoferta de alojamientos, muchos de ellos deficientes, y de gastronomía donde los precios no corresponden a la calidad, y donde se sobre cobra por servicios no prestados.
Una reflexión sobre economía
William Prescott, premio nobel de economía 2004 nos plantea una “ecuación” que explica todo:
- Una economía cerrada de alta demanda, produce: Subida de precios, baja de la calidad, baja de satisfacción de los clientes, y subsecuentemente la formación de monopolios y hasta “mafias”, para mantener el statu quo.
- En oposición a esto: Una economía abierta de alta demanda produce: competencia, que regula los precios para llegar a la correspondencia, precio-calidad, produce Innovación, mejora la calidad de los servicios, mejora la satisfacción del consumidor, y es sostenible a largo plazo
El Sr. Prescott parecía describir a aguas calientes en su teoría económica. ¿Qué hacer?
La solución, pasa por consiguiente por abrir la economía a la competencia. El acceso amazónico bien manejado, con todos sus componentes: Acceso carretero eficaz hasta Santa Teresa: Un segundo centro de visitantes, Un funicular desde Hidroeléctrica hasta un punto del camino inka (más allá del puente) puede poner fin a la “economía cerrada”. Se terminan los monopolios y posiciones de dominio, obligando a los actores a competir con mejores ofertas de precio y calidad.
El plan de manejo territorial
No tenemos nada que inventar. El manejo de Machupicchu, en sus componentes patrimonial y uso turístico, pasa por una mirada a lo que llamamos “la foto grande”, es decir a un gran territorio que abarca las cuencas de Vilcanota y Apurímac, y la red de caminos inka que las vincula, desde Anta, hasta la convención.
Este territorio que en tiempo precolombino estaba vinculado a la sacralidad de la montaña salqantay, tiene decenas de ciudades inkas entre las que destaca Chokekirao y Vilcabamba, ciudades de servicio como Quillabamba. Ampliar el territorio es el único camino futuro.
Durante los pasados 15 años, se han conceptualizado y formulado dos documentos que definen el manejo profesional y sostenible de Machupicchu.
El plan de manejo territorial y el plan maestro que se actualiza periódicamente y la nueva visión para la gestión de Machupicchu que fue actualizada en 2019.
Los documentos han sido elaborados por funcionarios competentes del ministerio de Cultura, se ha contado con la opinión de los mejores profesionales del mundo, especialistas en gestión patrimonial, como la Fundación CMRS. Han sido debidamente aprobados por las instancias oficiales del gobierno (MINCUL y UGM). Han sido presentados a la UNESCO, que ha dado su beneplácito. Es decir: Han sido aprobados por todas las instancias Nacionales e internacionales. No hay nada que añadir, modificar sustituir. Este plan es definitivo: lo que sí se puede modular la visita con aforos dinámicos, horarios y disposiciones encaminadas a cumplir lo estipulado por el plan maestro.
Estos son sus componentes:
- Ampliación del territorio, en su primera etapa de 10 a 300 hectáreas
- Habilitación de la entrada amazónica (fin al enclave)
- Sistema integral de gestión de visitantes.
- Habilitación de 6 nuevos caminos inka, pasarelas sobre el rio, y diseño de rutas de interés especial
- Dos centros de visitantes (uno en “puente ruinas” y el segundo en el km. 122 -acceso amazónico, antes del funicular).
- Sistema de monitoreo patrimonial
- Sistema de monitoreo dinámico de flujos, con ayuda de tecnología de geolocalización.
Este sistema garantiza la sostenibilidad de uso turístico, y conservación patrimonial, a largo plazo. Lampadia