Carlos Milla
Desde Cusco
Para Lampadia
Integridad, es un valor cívico, que debería ser transversal a la sociedad en su conjunto; es decir, al gobierno en todas sus instancias, las empresas en todos sus tamaños, y en general a todos los ciudadanos, aquellos a quienes eufemísticamente nos llamamos “pueblo”. Sin embargo, algo no está ocurriendo.
La ética, es la ciencia de los valores, allí deberíamos aprender qué es bueno y qué es malo. La moral tiene que ver con la conducta de las personas, es decir cómo nos comportamos. Y la integridad es la conducta alineada con estos valores, y es exigible a todos quienes queremos vivir en sociedad.
Veremos en un siguiente artículo, qué se está haciendo (y qué se puede hacer) para promover integridad, en un momento de la peor crisis moral que nos toca vivir.
Ahora, mientras tanto, reflexionemos sobre cómo hemos llegado a este punto.
Los invito a comprobar las siguientes afirmaciones:
- Se han relativizado los valores ciudadanos.
- “El respeto al derecho ajeno” que debió ser la piedra angular de nuestro contrato social, de convivencia, ha sido sustituido por el chantaje.
- Este (chantaje) se ha convertido ahora en el principal argumento que rige las relaciones colectivas, y también privadas.
- Queremos ser una sociedad de “derechos” sin deberes.
- Hemos trabajado en el crecimiento económico (en desmedro) de la “ciudadanía”.
- Derrotamos la pobreza monetaria, pero ésta viene siendo sustituida por pobreza moral.
- Tenemos un alto nivel de tolerancia a la corrupción.
- Una mayoría de población, no sólo no condena, si no justifica la destrucción y robo de los bienes públicos, con el argumento de que “siempre fue así”, o “los otros robaron más.”
- Nuestro subconsciente justifica la corrupción por el color de piel. Si el corrupto es gringuito, es mucho más condenable que si el corrupto es cholo… al final “existe una deuda histórica”.
¿Por qué somos tolerantes con un gobernador regional que no hace obras, las hace mal, saquea las arcas del Estado con delitos probados de cohecho, llenando los gobiernos de burocracia, parientes y amigos promovidos a funcionarios, obras que nunca terminan. Se le encuentran millonarias cuentas personales a nombre propio, y parientes, incluida “la mamita”.
Funcionarios que han sido procesados, condenados con sentencia firme, y andan libres. No me refiero sólo a Cerrón de Junín, hablemos también de Santos de Cajamarca, Acurio de Cusco, Álvarez de Ancash, o el caso menos mediático de Morrillo, del patético Cáceres Llica de Arequipa. El poder judicial, con todas sus precariedades tiene algunas sentencias firmes, prisiones preventivas, domiciliarias, para autoridades, funcionarios y contratistas (me resisto a llamarlos empresarios).
He encontrado esta publicación en internet… está al alcance de todos, pero parece que nadie la ha visto o por lo menos si la han visto, nadie se ha indignado.
“Actualmente 18 gobernadores regionales son investigados. Uno tiene sentencia y se encuentra prófugo de la justicia, tres detenidos con prisión preventiva o detención preliminar, uno con arresto domiciliario y uno con impedimento de salida del país, por estar involucrados en presuntos actos de corrupción en sus diversas modalidades.” |
Y recordemos que son 18 gobernadores de 24… eso es el 75%. La noticia no menciona 196 alcaldes provinciales y 1,694 distritales si se mantiene la proporción (y hay buenas razones para creerlo), habría 147 alcaldes provinciales y 1,270 distritales con problemas.
Y tenemos un presidente que ha cumplido un año el poder habiéndose mantenido en base a corrupción de congresistas, habiendo llenado el estado de funcionarios sin capacidades, Ha hecho abuso de clientelismo, nepotismo, que lo han llevado a tener 5 procesos judiciales siendo presidente en funciones¡¡¡
¿Qué pasa con nuestra capacidad de indignación?, ¿Qué pasa con nuestros valores? Existe una relación inversa entre crecimiento económico y ciudadanía |
Los relatos de la izquierda Gramsciana tienen parte de la responsabilidad en esto.
Nuestra paradoja:
Nadie por más iluso que sea, puede negar que cada vez hemos vivido en un mejor país, Y para afirmarlo, veamos algunas comprobaciones:
- Somos el país más empresario del mundo (afirmación de Arellano).
- Hemos reducido la pobreza, en más de 30 puntos en sólo 15 años.
- Miles de peruanos han accedido al mercado.
- Hemos mejorado la expectativa de Vida
- Según las mediciones macro económicas hemos llegado a ser un país de ingresos medios (No somos más un país pobre, y esto es una pésima noticia para los cientos de ONG que viven y se enriquecen de la pobreza).
- Y no hablemos de la riqueza del país ya explicada extensamente en otro artículo.
Sin embargo, lo expuesto líneas arriba demuestra que nuestra tarea nacional, pasa por reconstruir una cultura de integridad transversal a todas las instancias del país, empezando por los ciudadanos de a pie.
¿Qué entendemos por esto?
Buscando definiciones entendimos que la Ética es el tratado de los valores, y la moral, tiene que ver con la conducta de las personas.
Entonces, nos preguntamos: ¿Qué valores tenemos los peruanos?,
¿Cuándo perdimos la percepción de la diferencia entre Bien y Mal?,
- ¿Ha sido la educación, capturada por la izquierda extremista que nos ha dado a nuestros niños (hoy adultos) una visión diferente de lo que nos pasó con Sendero Luminoso?
- O. Es acaso el relato puesto desde la izquierda que ignora (o justifica) las matanzas ejecutadas por sendero luminoso en Lucanamarca o Soras en el repugnante periplo del “Bus de la muerte” que terminó en la masacre de campesinos mujeres embarazadas y niños. Ya no hablemos de Tarata, porque allí eran miraflorinos, y eso relativiza la atrocidad.
- ¿Por qué ponen sin embargo toda su capacidad de indignación en los excesos de las fuerzas del orden? (Que tampoco debían ser justificables).
- Y allí tenemos que el estado ha avalado el relato consolidado en el Museo de la verdad y reconciliación.
Voy a ensayar una audaz afirmación, bajo el riesgo que sea una BARBARIDAD¡¡¡
El crecimiento económico y la reducción de la pobreza, han sido inversamente proporcionales a la ciudadanía, y con ella a los valores cívicos. |
Veamos algunas cifras…
El crecimiento económico, en Cusco (17% anual del PBI entre el 2008 y 2016),
La pobreza monetaria se redujo en 21 puntos en 15 años.
Este fenómeno, fue producido por los muchísimos millones que entraron a los gobiernos: Regional, Provinciales y Distritales por canon de Gas y Cobre.
¿Cuánto fue eso? “UN DATO SUMAMENTE IMPORTANTE ES QUE DESDE EL 2002 AL 2021, SE HA RECAUDADO S/ 46,955 MILLONES POR CONCEPTOS DE IMPUESTO A LA RENTA Y OTROS TRIBUTOS INTERNOS COMO FRUTO DEL DESARROLLO DE LA INDUSTRIA HIDROCARBURÍFERA EN EL PERÚ”.
Y de eso sólo a Cusco, por gas, entraron más de 1,000 millones anuales.
Y… ¿cómo se repartieron en la economía local?
En una economía sana, debería repartirse en obra pública, infraestructura productiva, inversión en infraestructura social (Educación y salud) encadenamientos virtuosos con emprendimientos productivos.
Sin embargo mucho de este dinero se ha gastado en obras inconclusas, (Hospital Lorena, vía de evitamiento… solo por decir algo).
En obras superfluas, palacios municipales, Coliseos de gallos, piscinas olímpicas, monumentos al choclo o al sombrero.
La probada corrupción alcanza a los altos funcionarios (varios han purgado cárcel, y también a esa pequeña corrupción hormiga que alcanza a la pequeña ferretería que vende con sobreprecio.
Y todavía no estamos hablando de la minería ilegal y del narcotráfico, que sabemos que existe y no sabemos dónde.
¿Qué pasa con percepción del ciudadano?
Una simple ecuación “causa – efecto”, hace que el ciudadano de a pie, perciba que la forma de progresar, no es necesariamente trabajar, o emprender. Es más bien… acercarse al poder y tomar ventaja de él. Y eso tiene un efecto demoledor de los principios, de la percepción del bien y del mal.
Conozco de un funcionario, convicto de cohecho que purgó 4 años de prisión efectiva, y no devolvió nada. Dijo en un corrillo de amigos… “Esa platita me la gané con cárcel”. Sacó sus “ahorros” e invirtió en un edificio de 6 pisos y 12 departamentos.
En la ecuación de causa – costo – efecto, no tiene lugar la moral.
Y la gente que ve los caminos del “progreso”, relativiza, el trabajo honesto y se inclina por una conducta permisiva. Esto se hace “pandémico”, alcanza a todos. No voy a hablar de nuestro Presidente.
Castillo no es inmoral
Para ser inmoral hay que conocer previamente de valores, saber qué es el bien y qué es el mal. Nuestro presidente es un caso flagrante de AMORALIDAD.
No tiene valores.
Por consiguiente… ¿podemos hablar de una cultura de integridad?
Lampadia