CADE pre electoral 2010, el entusiasmo por la década de crecimiento continuo domina el ambiente campestre de un valle sagrado que para muchos es un “descubrimiento” Muchos millones de dólares invertidos en infraestructura hotelera de altísimo nivel muestran que el Turismo es también un generador de crecimiento, y economía… Surgen las primeras y optimistas afirmaciones… “Al 2021 seremos un país del primer mundo”.
“Qué buena década… queremos otra” escribía Pablo Bustamante en alusión a las cifras de los últimos 10 años. La brillante gestión de los últimos ministros de economía, y de comercio exterior, nos había permitido lograr la reciente suscripción de los TLC. Las cifras macroeconómicas nos daban resultados nunca antes vistos. Un satisfecho Presidente del BCR camina por los jardines de uno de los Hoteles de lujo recibiendo congratulaciones… no es para menos, la crisis Americana del 2008, no llegó al Perú. “aquí si se manejó la economía con responsabilidad”. Los políticos hablaban de la probada disminución de la pobreza en cifras “espectaculares”.
Era un ambiente de euforia en el auditorio del colegio “General Ollanta” de Urubamba, cuatro candidatos presidenciales, asistían nerviosos, rodeados por una “turba” de partidarios. Uno decía: “Esperamos que el nombre de la sede nos sea premonitorio.”
Michael Porter, el connotado Economista de Harvard, autor de la teoría de la competitividad, en su charla magistral advertía algo que nadie parece querer recordar. Dijo por un lado “el crecimiento peruano es una ilusión”. El crecimiento puede no ser sostenido porque no estamos generando competitividad. Afirmó también “¡Bubles Pop!”, en referencia al crecimiento inmobiliario y la posible burbuja que se estaba formando en todo el país. “Porter volvió a criticar el modelo económico peruano y auguró que el nivel de crecimiento actual no será duradero si no se hacen reformas sociales y políticas.” (WWW.PERUPOLITICO.COM)
Las mesas de discusión cuidadosamente diseñadas trataban de incluir todos los aspectos para el análisis. El tema institucional estuvo presente, con la lúcida intervención de Beatriz Boza. La reforzada institucionalidad empresarial mostraba una CONFIEP fuerte, inclusiva y propositiva.
Días antes, una tímida afirmación desde la Cámara de Comercio de Lima, nos advertía del “peligro de la autocomplacencia”.
Un provocador Fernando Zavala preguntaba… ¿Por qué los Cusqueños se disparan a los pies?
Me tocó responder en nombre de los empresarios Cusqueños que la sociedad Peruana, empezando por sus líderes necesitaban “comprender antes que juzgar”, pues toda sociedad tiene implícita genes autodestructivos.
Una frase jocosa y también provocadora nacida de la irreverencia andina retumbó entre el auditorio: “Los Limeños están ebrios de crecimiento”.
Parece que la frasecita se hizo popular y llegó a las caricaturas de los tabloides nacionales.
Hoy, cuatro años después, cuatro CADES después, un periodo de gobierno después, un nuevo congreso después, parece que aquella embriaguez de hacen cuatro años, ha hecho estragos en nuestro país. La resaca ha bajado nuestra euforia, para algunos ha devenido en depresión, y nos muestra un panorama mucho menos optimista. “Hasta Bolivia crece más que Perú” dice algún titular.
NO HICIMOS NUESTRA TAREA:
Esa es la única explicación posible al momento que nos toca vivir ahora.
Los peruanos de todos los sectores, no hicimos la tarea que nos dejó el “gurú contratado para el efecto” No hicimos reformas sociales ni políticas.
No hicimos una ley de partidos que evite la catastrófica, y folklórica elección que acabamos de pasar, donde condenados, convictos y acusados por igual ocupan los primeros lugares. Dejamos vacíos en el sector de partidos políticos. Los liderazgos débiles o caudillistas, la ausencia de vida institucional interna nos hace pensar en la imposibilidad de una necesaria “concertación a la Chilena”. Una mala ley, ha permitido no sólo la destrucción de la ya precaria institucionalidad de los partidos “Nacionales”, dando paso a los movimientos locales, que bajo nombres tan surrealistas como “Manos limpias” hayan puesto camino a los sillones Regionales o municipales, precisamente a autoridades probadamente corruptas. Más de una decena de presidentes Regionales entre encarcelados, procesados e investigados. Las autoridades electas por un permisivo “roba pero hace obra” muestran un extremo relajo moral (no de quienes estarían envueltos en corrupción, sino en el elector de la calle que no se ha apoderado de la ciudad)… en un país donde muy pocos tributan, cuando los políticos roban, roban a otro no a mí. Y hemos permitido que el crimen organizado y la corrupción sistémica roben los recursos a los más pobres que son quienes debían ser beneficiarios.
Es decir se ha consolidado la “Oclocracia” (gobierno de la muchedumbre, una de las formas de degeneración de la democracia. Wikipedia)
No hicimos una reforma de la descentralización y gobiernos Regionales.
El caso de Cajamarca es una terrible lección para el “Perú oficial”. Pero no es el único. En Ancash quien ganó no puede ejercer hasta que pague la reparación civil al Estado… Entonces… la solución son las polladas.
En Puno, casi gana quien antes propició el linchamiento de un alcalde y abiertamente plantea la escisión de la Nación Aymara del Perú oficial.
En Cusco el candidato que ocupó el primer lugar en la primera vuelta fué condenado a 4 años de prisión suspendida y a inhabilitación para ejercer cargo público, por su gestión en la alcaldía de Urubamba, a donde volvió en olor a multitud luego de una revocatoria y una siguiente elección. No ganó, pero poco cambia la cosa.
La institucionalidad política:
Las instituciones que nos gobiernan en los diversos poderes del estado son débiles, e inoperantes. El poder ejecutivo con un Vicepresidente vacado en las primeras semanas y Un poder factual no elegido que interfiere permanentemente en la labor de los ministros.
El poder legislativo… Nunca hemos tenido un congreso más variopinto, ineficaz, folklórico y, con una pérdida total de visión política a largo plazo. Amante del escándalo del cálculo, la “negociación entre bancadas”. Las reformas estructurales no pasaron o quedaron incompletas. Sí prosperan las comisiones investigadoras de cuanta cosa puede haber, sobreponiendo sus funciones a las del poder judicial.
Las municipalidades:
Trabajan descoordinadamente en territorios traslapados, sin visión de ciudad, actúan como “feudos”, las revocatorias son populares ejercicios perversos para impedir trabajar a las autoridades.
El poder judicial, y las fiscalías, también desprestigiadas, o copadas por mafias organizadas desde la corrupción en gobiernos regionales o en organizaciones delictivas hechas para el efecto. Los pocos jueces probos (que los hay) están amenazados y “atados de manos”.
¿Y la institucionalidad cotidiana?
Los ciudadanos nos quejamos de “los políticos”, y esto nos sirve para eludir la responsabilidad de asumir nuestra propia tarea. La institucionalidad es algo que debemos construir desde lo más chiquito. Participemos y cumplamos nuestras obligaciones en la junta de vecinos de nuestro edificio, en nuestro club deportivo, en nuestra asociación. Cultivemos valores sociales e institucionales.
¿DÓNDE ESTÁN NUESTRAS ÉLITES?
Recuerdo que cuando niño, asistía a las conversaciones de mayores, podíamos distinguir claramente que habían élites: Una élite intelectual formada por profesores universitarios reflexionaban sobre los caminos del progreso. Una élite política ya sea de partidos o gobiernos locales, mostraba solvencia y respeto y trabajaban por el “bien común”. Estaban los prósperos y respetados Comerciantes que interactuaban con los anteriores en los salones del “Club social”, que pese a ser provinciano era un ambiente de dignidad y respeto.
Ahora comprobamos que ahora nuestras élites están divorciadas, simplemente no conversan. Entonces NO HAY ÉLITES NACIONALES NI TAMPOCO LOCALES. ¿Qué puede pasar a un país sin élites?
Ante la comprobación de que no sólo “no hicimos la Tarea”, sino que estamos “jalados” con nota reprobatoria, sólo queda mirar adelante para ver si es posible rehacer lo que no hicimos……
¿Los empresarios, ¿estamos comprometidos?
Estando así la situación Nacional, ¿quién queda? La Academia no produce nada de calidad. El pensamiento Nacional está diluido entre algunos chispazos de la prensa o algún buen peruano que no se ha articulado institucionalmente.
Los empresarios le tenemos pánico a la política. Hemos permitido (por los hechos de corrupción) que la palabra “empresario” se asocie a corrupción… Los titulares hablan del “Empresario Lopez Meneses”, o “El prófugo empresario Belaunde Lossio” Hemos permitido que se nos asocie con quienes precisamente NO SON EMPRESARIOS… ¡SON DELINCUENTES! Hemos sido tan permisivos que el desprestigio del empresariado hace que los jóvenes protesten ante las oficinas de CONFIEP (manipulados claro…) por la ley del trabajo juvenil.
Entonces, este es un llamado, desde Cusco, para que los empresarios asumamos el papel de liderazgo que el país necesita. ¡Tenemos los principales activos intelectuales y morales para poder hacerlo!