Existe mucho debate acerca de cuáles son los resultados del proceso de crecimiento de los últimos años, especialmente acerca del efecto en la desigualdad. Para ello se analiza el coeficiente de Gini a pesar de que existen muchos otros indicadores. En los últimos años vemos que tenemos una mejora en la distribución del ingreso en el país, dado que el crecimiento de ingresos del quintil más pobre de la población ha sido mayor que el de resto de quintiles. Esto ha llevado a que a nivel nacional este indicador se haya reducido en los últimos años. Sin embargo, es importante determinar qué ha ocurrido en los distintos departamentos del país. Cuando hablamos del país, pensamos que los resultados son iguales en todo el territorio y ello es un error fatal.
Esa es quizá una de las fallas más importantes del proceso de descentralización actual en donde a todos los gobiernos regionales y municipalidades se les trata igual cuando encierran una heterogeneidad muy grande, lo que debe llevar a pensar en políticas diferenciadas.
Si miramos con detenimiento los índices de Gini calculados a nivel departamental, vemos que tenemos historias muy distintas. Existen departamentos como Ica en los que la reducción del coeficiente ha sido significativa (de 0.42 el 2004 pasó a 0.31 en el 2011). Esto expresa que algo ha ocurrido en dicho departamento que ha provocado esta reducción. Esto está asociado también a un crecimiento fuerte del PBI y de la recaudación en este departamento. El desarrollo de la actividad agroexportadora puede ser una de las causas de esta reducción de la desigualdad, pero aún falta mucho por indagar. A ello parece apuntar también la evidencia de lo ocurrido en La Libertad, donde la actividad agroexportadora también es importante (en este departamento el coeficiente pasó de 0.46 a 0.42 en el mismo periodo). En el caso de Lima también se aprecia una reducción considerable y ello está asociado al dinamismo económico de la capital. Esto nos puede llevar a pensar que existe una alta correlación entre crecimiento y reducción de la desigualdad, dado que los departamentos mencionados han crecido por encima del promedio nacional en los últimos años. Aquí debemos profundizar nuestro análisis para explicar qué cosas han ocasionado estos resultados. Hay, parece, historias exitosas que contar.
Sin embargo, también existen historias de fracaso. En el otro extremo, tenemos departamentos que han visto incrementar su grado de desigualdad. Cajamarca y Loreto son los casos más graves. En el último caso se puede pensar en la falta de conectividad y poco dinamismo económico como causas de ello. Sin embargo, en el caso de Cajamarca, donde existe una actividad como la minera muy importante, uno esperaría una mejora. No obstante ello, lo que se aprecia es que el coeficiente de Gini pasó de 0.46 a 0.52. Esto nos debe llamar a la reflexión y analizar qué está ocurriendo en dicho departamento que provoca este resultado. Es una de las regiones de mayor conflictividad y con la mayor desigualdad de todo el país. Como sabemos, una correlación significativa no implica causalidad. Aquí es necesario analizar cuál es la naturaleza de la relación entre estas dos variables. Al parecer un candidato está en la falta de institucionalidad y de capacidades, dado que su PBI ha aumentado, el canon también y los niveles educativos también. Sin embargo, todavía hay mucho que estudiar.
Publicado en Gestión, 18 de noviembre de 2013