Entrevista a Carlos Añaños
Perú21, 8 de Noviembre del 2022
Por: Esther Vargas
Tras el lanzamiento de las papas nativas Tiyapuy, Carlos Añaños ingresa al mundo del café especial de la más alta calidad.
Enamorado de su Ayacucho natal, Carlos Añaños “dignamente jubilado de AJE” incursiona en el mercado de cafés especiales con granos del Vraem y promueve el Patronato Pikimachay para poner en valor su tierra desde diversos frentes.
El empresario recuerda sus inicios de emprendedor a los ocho años en una pequeña bodega de San Miguel (Ayacucho); la creación de Kola Real por parte de sus padres y su hermano mayor, la fundación de AJE y ahora, el retorno a su tierra amada para ponerla a los ojos del mundo.
¿Cómo incursiona en el mundo del café?
Yo tengo la suerte de recorrer muchos países, y fue en esos viajes que me llamó la atención el café especial de las montañas azules de Jamaica. Luego aquí en Ayacucho empiezo a conocer un poco más del café y me doy cuenta de que nuestros productores de la zona del Vraem tienen exactamente cafés especiales que podrían competir con los mejores del mundo. Tenemos cafés de altura, que están a 1,500, a 2,200 metros sobre el nivel del mar, en medio de toda la selva. Por ejemplo, en el Vraem hay una zona montañosa, muy linda, que le llamamos el Bosque de la Neblina, porque la neblina golpea las plantas del café logrando un nivel de aroma y sabor únicos. Me interesó el café sobre todo al ver que es un medio de ingreso importante para los agricultores de la zona. Me motiva poner en valor y mostrar al Perú y al mundo este excelente café.
El café especial es lo más reciente, pero vale preguntarse en qué más está Carlos Añaños.
Yo con suerte puedo contar que soy fundador del Grupo AJE, pero hoy ya no trabajo allí. Lo dejé hace más de cinco años y hoy estoy dedicado al Patronato Pikimachay para tratar de poner la región de Ayacucho en valor. En honor al primer hombre que vivió desde Canadá hasta la Patagonia en las cuevas de Pikimachay, Ayacucho, hace 20 mil años. Yo siempre me pregunto ¿por qué habría decidido venir el primer hombre hace 20 mil años a Perú? Con eso, podemos decir con orgullo que Perú es un país milenario. Esa es la riqueza que creo que tiene el Perú y nuestra idea desde el patronato es apoyar a los emprendedores ayacuchanos a que puedan construir diferentes marcas y poner en valor la riqueza que tiene nuestro Perú y nuestro Ayacucho. Esa es la razón que me lleva a emprender diversas áreas de oportunidad que veo, como la de las papas nativas, únicas en el mundo. Nosotros lanzamos una línea de papas nativas llamada Tiyapuy, sembradas todas por sobre los 3,600 metros sobre el nivel del mar, regadas con agua de lluvia. Esto permite a los agricultores trabajar y tener un empleo digno en las zonas altoandinas.
Las papas nativas y ahora el café…
Nosotros tenemos las papas Tiyapuy, que son unas joyas que las estamos poniendo en los diferentes mercados de Lima y exportándolas con alegría. Las podemos encontrar en Inglaterra, México, Colombia, Estados Unidos, y ojalá pronto en muchos países más. Y en esta feria Ficafé (que se realizó del 28 de octubre al 1 de noviembre) estamos alentando el café de los agricultores de la zona del Vraem.
¿La inestabilidad política en qué forma afecta al empresariado?
La crisis política afecta, porque trabajar en medio de una turbulencia política no te da seguridad. Los empresarios debemos ir con más calma, con más cautela en todos los proyectos de inversión. Para que el Perú salga adelante, creo que debería crecer un 7% o 6%, porque con eso saldría cerca de un millón de personas de la pobreza. El único camino es ello, que crezcamos más. Con esta turbulencia política estamos creciendo apenas un 2%, lo que significa que van a salir de la pobreza solo 150 mil personas. No se puede seguir así. Ojalá que podamos conseguir algo de estabilidad y sobre todo confianza, clave para que todos los empresarios y emprendedores puedan tener éxito en sus negocios y puedan invertir con la tranquilidad de que nos va a ir bien. La turbulencia política no da seguridad al empresariado.
El país está polarizado…
Está polarizado y esto no es bueno. La polarización entre altos y chatos, entre los del sur y del norte, nos hace daño. Creo que son momentos en que los peruanos debemos unirnos bajo un mismo esfuerzo, de salir todos adelante; por eso comentaba, el Perú es un país milenario, rico, el cuarto más biodiverso del mundo, el tercero con mayor cantidad de microclimas en el mundo, es el país número 8 en cuanto a reserva de agua dulce en el planeta. Podríamos ser la despensa mundial de la alimentación; sin embargo, estamos en un ambiente de polaridad cuando deberíamos capitalizar esas cosas. Los empresarios, los miles de trabajos dignos que generan, los cerca de 70 mil millones de dólares de exportación; eso ayuda a tener más recursos y se pueda cuidar mejor a la población. Es importante evitar este ambiente de polaridad y centrarnos en unirnos.
¿Qué le diría al presidente Castillo?
Que no queremos oír promesas, queremos ver hechos. No necesitamos promesas; ya tiene 16 meses o más, y lo digo no por mí, sino por los que menos tienen, y que viven más afectados con estas acciones. Necesitamos hechos y respuestas contundentes.
¿A qué apunta el patronato?
Buscamos acercar la artesanía al arte, que la Unesco nos reconozca en alguna categoría de Patrimonio Mundial, alentar el modelo Smart City con la digitalización del Centro Histórico; y el lanzamiento de la marca Ayacucho –que se hizo en 2019– que promueve la visita de cerca de 30 destinos turísticos que muchos no conocen.
AUTOFICHA:
“Estoy enamorado de mi tierra, de Ayacucho querido. Tengo 56 años. Mantengo con orgullo y honor el quechua. Regresar a mi tierra es una maravilla, así como comer mis platos típicos, entre otras expresiones de cultura magníficas, que quiero que se conozcan más en el mundo”.
“Mi sueño es que haya menos niños con anemia. Tenemos 48% de anemia en Ayacucho. Retrasa la comprensión lectora y el razonamiento matemático. ¿Cuál será el futuro de Ayacucho y del Perú si seguimos con estos estándares de anemia, desnutrición y pobreza?”.
“Como empresa privada, mi sueño es que podamos curar esto (la anemia, desnutrición y pobreza), y para lograrlo hay un solo camino: la generación de un empleo digno, lanzar productos especiales y poner en valor nuestra gran riqueza que dignifica a Ayacucho. No me rendiré en este objetivo”.