Bruno Merino Canales
Estudiante de Relaciones Internacionales de 21 años
Para Lampadia
Desde la llegada al poder de Pedro Castillo una de las áreas más afectadas ha sido la de Relaciones Exteriores. Incluso cuando lo más difundido por la prensa son los casos de escándalos ministeriales o parlamentarios o los nombramientos a cargos de confianza, es la diplomacia peruana la que enfrenta tropiezo tras tropiezo.
Si bien la falta de profesionalismo y por lo tanto abundancia de la improvisación es uniforme en los nombramientos de ministros y cargos de confianza, estos por lo menos tienen cierto nivel de maniobra, algo que no es así en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Comenzamos primero con el senil guerrillero y asesino Héctor Béjar como ministro que su único aporte fue estrechar lazos con el régimen chavista en Venezuela y polemizar contra nuestra Marina de Guerra.
Finalmente fue reemplazado por Óscar Maurtua que se supuso representaría un cambio de rumbo en el sector, pero con el tiempo se pudo ver que el nuevo ministro poca voz tenía en las decisiones de gobierno, en especial el nombramiento de embajadores. Tres, y tal vez cuatro, han sido los tropiezos diplomáticos de nuestro país bajo su gestión incluyendo el improvisado viaje del presidente a la ONU en el que las reuniones del mismo se acordaron sobre la marcha, el rechazado nombramiento del investigado Richard Rojas como embajador en Panamá, la ausencia del presidente en la COP 26 por dar prioridad a un encuentro con el gobierno boliviano y el más reciente el cierre de la embajada sueca en Perú según algunos fruto de la designación de un embajador no calificado en dicho país.
Puede ser natural creer en la irrelevancia de estos hechos ya que no se percibe su efecto en nuestras vidas cotidianas, sin embargo, esto gradualmente nos aparta de lo que podrían ser mayores oportunidades de desarrollo y cooperación con la comunidad internacional por un lado y por el otro ganarnos la animadversión de otros países que un caso de que el gobierno cometiese actos cuestionables para la comunidad internacional podría contribuir a llevarnos al aislamiento internacional, algo catastrófico para todo peruano con negocios que interactúen con el exterior. Lampadia