Berit Knudsen
Para Lampadia
La batalla cultural no terminará con el fin de este gobierno
El principal sentimiento hacia nuestro país es Amor y Cariño, manifestado por el 27% de los peruanos; pero la esperanza y el optimismo, han caído de un 46% en 2019 a un 26% en 2022, según una encuesta de Ipsos. Estos resultados están directamente relacionados con las razones por las cuales sentimos vergüenza:
corrupción 65%,
delincuencia 44%,
falta de justicia 34% y
violencia contra la mujer 31%.
El sentir de los peruanos está cambiando, y según parece ya no queremos ser ese país de ilusos que se dejó engatusar por el nefasto referéndum de Martín Vizcarra con el famoso pero incomprensible “si, si, si, no”.
La prensa de oposición sigue luchando sin tregua en una “batalla de desgaste” en la que continúan destapando uno a uno los actos de corrupción, cuya existencia fue denunciada antes del inicio de este nefasto gobierno. Pero hoy el ejecutivo ya no puede justificarse aduciendo que son “intentos de un grupo minoritario por defender sus privilegios”; ya que ha sido demostrado que “el grupo minoritario esta conformado por ellos mismos”.
En este escenario, la batalla que la población enfrenta es contra el sistema mismo, contra poderes del estado coludidos para blindar a un gobierno que apela a recursos inverosímiles para salvarse del “naufragio”. La voz de la ciudadanía ante un ejecutivo incompetente, corrupto y conformado por delincuentes no encuentra eco en un Congreso, que parece más interesado en la lucha por su cuota de poder, con serios casos de corrupción, tránsfugas, niños que proliferan, pasando de 6 a 12 y que hoy parecen ser más de 16, con violadores, sentenciados con prisión efectiva y no sabemos que otras sorpresas nos deparan. La población necesita signos que nos devuelvan la confianza y actitudes coherentes de las autoridades, no palabras de aliento sin resultados. Comencemos por exigir un verdadero sistema electoral, que nos devuelva la confianza, filtrando y fiscalizando a cada candidato que postule para gobernarnos.
Hoy tenemos tres “vías para avanzar”:
apoyar incondicionalmente a la prensa que no ha dado tregua ante los “enemigos del país”;
apoyar al nuevo equipo de la Fiscalía de la Nación que por fin está dando la talla en la investigación al presidente y sus esbirros, tomando medidas sin precedentes;
y la no menos importante participación ciudadana, cuya misión es emplear todos los medios disponibles para que nuestra voz de protesta e indignación sea escuchada a nivel nacional e internacional.
Sabemos que la corrupción es endémica, pero la impunidad tenía que ser desenmascarada, momento que llegó con un gobierno que ha sido sorprendido con “las manos en la masa”. Esta crisis de valores, de gobernantes sin principios éticos, sin experiencia, muchas veces prontuariados y admitida por partidos políticos improvisados, debe cambiar. Es necesario convocar a intelectuales, pensadores, a jóvenes y representantes de esa prensa valiente, para unirse en un movimiento civil. El país necesita propuestas distintas, que nos permitan comprender la seria problemática desde diferentes perspectivas. Solo así podremos buscar “vías de solución” desde las bases de la sociedad, con una toma de conciencia que permita iniciar una batalla cultural, que empiece y no termine con el fin de este gobierno.
Estas propuestas compartidas con la población, explicadas y promovidas deberían propiciar una transformación en la forma de pensar, actuar y sentir; condenando la corrupción, promoviendo la transparencia, buscando la simplificación del estado y librando los obstáculos que impiden la lucha contra la corrupción y su impunidad.
El Perú ha sido ejemplo de destacados intelectuales, amantes de nuestra peruanidad, forjadores de nuestra identidad, creadores de pensamientos y movimientos políticos comprometidos con el desarrollo del país sin olvidar a las clases más necesitadas, que lucharon por un futuro mejor. Hoy debemos salvar al Perú y ese objetivo es nuestro presente; empieza con una verdadera unión y sentimientos compartidos por todos. Lampadia