Por: Augusto Álvarez Rodrich
La República, 1 de Junio del 2023
Contra los derechos humanos, la democracia y la honestidad.
El ‘retiro’ presidencial convocado por Lula por la integración regional fue un fracaso por el afán del anfitrión de anteponer su propio interés geopolítico al principio vital de la democracia.
“El retiro crea una oportunidad histórica donde la altura la pondrá la grandeza de la que hagan muestra los participantes”, escribió el sábado Pepe Mujica a Lula, y eso fue lo que este defraudó al querer lavarle la cara a la dictadura criminal y corrupta de Venezuela, con una declaración vergonzosa:
“Me estuve peleando con los compañeros socialdemócratas europeos y gente de Estados Unidos, porque para mí era absurdo que quienes defienden la democracia te nieguen a ti como presidente de Venezuela, habiendo sido elegido por el pueblo venezolano. Hay un prejuicio muy grande, porque no les caes bien. Ustedes saben muy bien cuál es la narrativa que han construido sobre Venezuela: del autoritarismo”, le dijo Lula a Nicolás Maduro.
Lula miente. En Venezuela, las elecciones son estafa, Maduro maneja una cleptocracia, se persigue a la oposición y violan los derechos humanos, y los venezolanos desperdigados por el mundo mendigando un lugar para vivir evidencian el desastre que el presidente brasileño atribuye a una ‘narrativa’.
Hicieron bien el uruguayo Luis Lacalle y el chileno Gabriel Boric al marcar distancia de ese exabrupto, a diferencia del argentino Alberto Fernández, el boliviano Luis Arce y el colombiano Gustavo Petro, quien es un ejemplo grotesco del doble estándar. Critica al gobierno peruano, sin fundamento, de ser una dictadura, como volvió a hacerlo en Brasilia, pero se pachamanquea con el autócrata venezolano por considerarlo de ‘izquierda’.
Lula, que en sus presidencias previas fue entusiasta promotor de la exportación de la corrupción de las constructoras brasileñas en la región, cree que América Latina es ‘su’ patio trasero para proyectarse como mediador de la paz entre Rusia y Ucrania, pero actuando de conserje de Xi Jinping y Putin.
Pero es inaceptable querer construir un liderazgo regional con la defensa de una dictadura corrupta como la de Venezuela, en complicidad con Petro y el mexicano Manuel López, lo que explica el respaldo de ambos a otro ladrón y golpista como Pedro Castillo.