Por: Augusto Álvarez Rodrich
La Republica, 25 de enero del 2022
Extraño reconocimiento de un presidente lejos de la realidad.
Pedro Castillo ha dicho en sus dos primeras entrevistas como presidente que “nunca leo periódicos ni veo la televisión” y se le nota que dice la verdad, pues, con demasiada frecuencia, parece estar en la luna de Paita.
En esas entrevistas hizo varias declaraciones inverosímiles, como que no conocía a la lobista Karelim López, o que armó la huelga de maestros del 2017 con el fujimorismo y el Movadef sin saber de su vinculación al terrorismo.
Pero su reconocimiento de que vive sin noticias debe ser cierto, pues anda muy desinformado hasta de asuntos en que debiera interesarse un poco. “No hay nada que sacar de los periódicos”, señaló Castillo con aire de ‘papá lo sabe todo’, pero ciertas noticias podrían llamarle la atención, como las denuncias de corrupción que lo involucran.
No es el primer político que dice eso. El excandidato Alfredo Barnechea dijo que él solo se informaba del periodismo del mundo mundial, y en su caso también fue evidente que algo se le escapaba de lo que pasaba en el país.
A los diarios y la tele quizá Castillo debió agregar a las radios como igualmente inútiles para informarse, aunque quizá aún no se ha enterado de que ahí hay, además de música, noticias.
No solo eso, el presidente cree, como varios ministros, como el de justicia, que el periodismo no solo es su enemigo, sino del país. Su problema, en el fondo, es que carece de un entendimiento básico de qué es una democracia, y del papel del periodismo en ella.
Eso explica su incomodidad con la entrevista difundida anoche en CNN, sobre la cual adelantó que “me he quedado sorprendido de las preguntas que se me hacía. Me preguntaron sobre Pacheco, Sarratea, cuando esas cosas las tenemos claras”. ¿Y de qué quiere que le pregunten? ¿Del magnífico cuy frito o del caldo verde de Cajamarca?
Castillo es, en todo caso, un hombre feliz que vive sin noticias ni saber lo que pasa en el país y el mundo. Se le nota.
PS. Vi algunos comentarios troleros en las redes, con rastro de factura estatal, diciendo que este columnista tilda de ‘monos’ a las personas con las que discrepa. Falso. La columna del domingo dijo que, teniendo en cuenta la calidad de los últimos congresos, una asamblea constituyente sería darles no una metralleta a los monos, sino una letal arma nuclear.