Por: Augusto Álvarez Rodrich
La República, 10 de noviembre del 2023
El problema no es perder, sino el de no saber perder.
El apagón en Matute justo cuando el árbitro terminó el partido en el que la ‘U’ derrotó a Alianza Lima y se coronó campeón 2023 constituye un hecho vergonzoso que resume, de muchos modos, la degradación moral y ética que sufre el Perú, debido a sectores dirigentes que transmiten conductas indebidas al país que muchos replican.
Entre el robo de la moto de un policía por un delincuente que integraba una barra del Alianza que iba al estadio el día de la final, y el corte de la electricidad al terminar el partido hay poco trecho: ambos hechos tienen en común la práctica penosa de la pendejada —esa institución nacional de creer que uno puede hacer lo que quiera al margen de la ley, el sentido común y la ética— por una prebenda o hacer lo que, sencillamente, le sale a uno del forro.
La vergüenza para los aliancistas no es por el partido que se perdió con claridad y sin objeción por la mala suerte —alguna pelota que pegó al palo y no entró— o una decisión equivocada del árbitro. Nada de eso ocurrió.
Perder un partido, especialmente si se juega mal, como en esta final, es parte del fútbol. A veces se gana, a veces se pierde, y ya corresponderá a la dirigencia realizar cambios para que, el próximo año, se maximice la posibilidad de ganar y minimice la de perder.
La vergüenza es por ser mal perdedor y que la pataleta comprensible de no ser tricampeón en Matute ante el clásico rival se transforme en la majadería inaceptable de que, por ser local, se corte la electricidad para arruinarle la celebración al rival.
La excusa de que se hizo por seguridad de los asistentes no tiene sustento, pues es obvio que, para evacuar el estadio, es mejor tener luz que oscuridad. Yo estuve el miércoles, como siempre, en Matute y, en honor a la verdad, debo decir que no hubo riesgo de seguridad, pues la mayoría de los aliancistas queríamos salir rápido para no estar presentes en la celebración a la que, sin duda, tenía derecho la ‘U’.
El problema es la vergüenza de no saber perder y que eso lleve al bochorno de cortar la electricidad del estadio.
Que es el problema que afecta al Perú: dirigencias de todo tipo, desde las políticas hasta las deportivas, que no educan al país, sino que promueven la pendejada como estilo de vida.