Por: Asociación de Contribuyentes
Perú21, 15 de mayo del 2024
En 2023, Perú cerró el año con un déficit fiscal de -2.8% del PBI. En lugar de revertir la situación incentivando la inversión privada, el gobierno intenta crear y subir impuestos. ¿Qué necesita realmente el país?
El MEF, a través de la SUNAT, pretende acelerar la recaudación tributaria además de crear y subir impuestos, algo absolutamente absurdo en medio de una situación económica recesiva y pese a que esto no resuelve los problemas de fondo del país. En 2023, el déficit fiscal fue de -2.8% del PBI, lo que revela una contracción significativa en el crecimiento de la economía en un contexto difícil a nivel social y político. Sin embargo, la burocracia del Estado Peruano sigue creciendo y subiéndose los sueldos y al parecer se viene otro rescate de Petroperú. Increíble.
A menores ingresos y más gasto público, el déficit fiscal aumenta. Si bien, durante 2023 la recaudación fue superior a 2022, principalmente por las contribuciones que recibió el Estado a través del Impuesto a la Renta y el IGV, el gasto corriente se elevó. A ello se suma que, en el país, 7 de cada 10 soles son destinados al pago de personal en planilla y al mantenimiento de la burocracia estatal. Hasta noviembre de 2024, la evolución del gasto público creció a S/30,604 millones, mientras que los ingresos fiscales cayeron a S/15,374 millones.
A nivel de empresas, los que ‘paran la olla’ son las grandes categorizadas como principales contribuyentes (Pricos), dado que aportan con más del 80% de los ingresos recaudados. Sin embargo, la formalización de micro, pequeñas y medianas empresas es crucial para ampliar la base tributaria. Pese a ello, el Gobierno plantea ejercer una mayor presión fiscal sobre los formales al elevar o crear nuevas tasas y contribuciones, sin priorizar el impulso de la inversión privada en el país.
Si el pago puntual de impuestos de las grandes y medianas empresas (menos de 19,000 empresas) y la recaudación del canon, principalmente el minero, son los responsables de financiar la mayor cantidad de obras públicas en el interior del país, ¿no necesita acaso el Perú incentivar más inversiones de empresas formales en lugar de exprimirlas?
El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) publicó que el índice de pobreza monetaria en el país se elevó a 29%. Este indicador está relacionado con el estancamiento de nuestra economía, debido a que a menor inversión privada, menor empleo y un mayor incremento de las personas en situación de vulnerabilidad.
Subir o crear impuestos en un contexto como este tendrá un impacto negativo en nuestra economía. En su lugar, el Perú debe priorizar las reformas económicas estructurales, tales como una política macroeconómica estable, lo que atraerá a los inversionistas, y condiciones externas favorables que nos permitan exportar nuestra materia prima a precios competitivos en el mercado internacional. Si el Perú incentiva la ampliación de su base tributaria con propuestas estratégicas que aliente la formalización, no habrá necesidad de obligar al contribuyente a pagar más impuestos sin que estos sean realmente necesarios.