Por: Arturo Woodman
Expreso, 7 de Marzo del 2023
Después de las violentas manifestaciones en Lima, quedó claro que estos movimientos vandálicos trajeron destrozos a la capital y que los participantes del sur estarían contratados de 6:00 a 8:00 p.m. por 50 soles para destruir y atacar a la Policía, 85 soles a los que arrojen piedras y si herían a un Policía, obtendrían una bonificación de 50 soles.
Estos manifestantes sin apoyo de los limeños ni de sus paisanos, se les ubica como ciudadanos violentos. Al regresar a sus localidades, satisfechos por haber conocido Lima y contribuir en los actos destructivos, recibieron aplausos de parte de los que no vinieron, sintiéndose “héroes libertadores” del teórico abandono de su región.
Las diversas acciones violentas en su “toma de Lima”, capital de todos con más de 11 millones de habitantes, a la que han querido conquistar y manejar los puneños, descendientes de los valientes y aguerridos aimaras, pretendiendo emularlos, para convertirse en capitalinos y liderar Perú y Bolivia.
En realidad, los puneños son gente de trabajo, valientes y en especial excelentes comerciantes, demostrándolo en Cusco, Arequipa, Tacna y Lima, donde con su esfuerzo y habilidad de integración se convierten en empresarios de éxito. En resumen, son trabajadores, con capacidad, en especial comerciantes serios y acreditados.
Lo que no es plausible es que en su región, a pesar de que los acompaña un destacamento del Ejército, todavía continúan con el bloqueo de carreteras, controlan los mercados con horarios especiales y los centros comerciales operarán solo fines de semana; todas estas acciones repercuten negativamente en sus pobladores, ahuyentan las inversiones, los empobrecen, sube el precio de sus alimentos y no pueden trabajar, ni realizar su comercio local, ni con el resto del país ni con Bolivia.
Inclusive han mantenido un paro en la ciudad limítrofe de Desaguadero, impidiendo por más de 30 días el tránsito de 800 camiones, complicando el flujo comercial entre Puno y Bolivia. Y este fin de semana en Ilave, incendiaron la comisaría y la sede judicial y lo lamentable es que una patrulla militar sin despejar el puente bloqueado cruzó el río, dejando 3 militares ahogados y otros 3 desaparecidos.
Todos estos actos alejados del orden y progreso deben ser suprimidos sin perder su estabilidad, su turismo (La Candelaria, el Lago, etc.), ni la libertad que debe tener su zona andina y el país. Es posible que por la lejanía de su región no llegue oportunamente la atención que necesitan, pero resolver a través de un pequeño grupo radical los está llevando a un autosecuestro, a alejarse del correcto contexto de unión entre Puno y el Perú. Es un grave error permitir que este grupo separatista irracional lleve a sus paisanos a tener más problemas y pobreza, cuando en realidad Puno con su riqueza y manteniendo su importante turismo, puede perfectamente autosostenerse y si además ejecutan eficientemente los fondos que constantemente les asigna el Gobierno, sumado a lo trabajadores y empeñosos que son, “Puno puede ser mejor”.
Inclusive con la necedad puneña, tres camiones están viniendo nuevamente a “tomar Lima”, esperemos se capture a los cabecillas y a los financiadores.
Finalmente, esperemos que los puneños puedan convertir a Puno en una región pujante, no necesitan destruir Lima y mostrarse como destructores cercanos a terroristas, olvidándose que la irracionalidad produce pobreza y aislamiento.