Por: Arturo Woodman
Expreso, 2 de Mayo
Nací en Piura el año 1931 y a los pocos años comprendí que “los Niños” de los años 1925 y 1926 habían dejado un legado negativo. Hacer agricultura con un río variante, con sequía a veces y otras con volúmenes muy altos.
Esto obligó al Estado a realizar obras de infraestructura agrícola sobre la base de construir desvíos de cuencas y armar una represa de almacenamiento de 500 mil m3, ocasionando que la agricultura de Piura tenga un crecimiento espectacular, con la seguridad de tener agua oportuna para los cultivos.
Esto se inició en el año 1948 con el gobierno militar del Gral. Manuel Odría, pero al tomar el gobierno el Gral. Velasco en el año 1968, implantó programas de expropiación petrolera, minera, pesquera, agrícola entre otras; toma Talara que era administrada por la I.P.C (USA) por muchos años, en el centro del país expropia La Oroya, y en Trujillo y Chiclayo las tierras azucareras.
Además, le confiscó a mi padre 164 hectáreas de algodón de su propiedad en Piura. Mientras nuestra constructora W&M crecía considerablemente al lograr dos contratos en consorcio internacional con Horesa (compañía italiana) del Ing. Arturo Mittiga: la ampliación de la Siderúrgica de Chimbote y el Canal del Tayme en Chiclayo.
La actividad agrícola igualmente había sido golpeada con la implementación de la Reforma Agraria, expropiando las tierras azucareras de Trujillo y Chiclayo; en Piura al Grupo Romero y a una serie de agricultores piuranos, pagándoles las valorizaciones con bonos a más de 20 años y con 3% al 5 % de interés. Con la inflación que afectaba la economía del país, mi padre dejó de cobrar los tickets por intereses, ya que el taxi para ir a cobrarlos costaba más de lo que recibía.
Esta política nacionalista no le permitió al Perú crecer. Las inversiones nuevas se alejaron considerablemente, esperando que apareciera un gobierno democrático que les devuelva a los propietarios sus tierras, pero eso no ocurrió.
Al morir mi padre, nuestra familia decidió vender los tickets por cobrar y regularizar lo que oportunamente no se cobró, el monto total lo dividimos entre los 7 hermanos, que por suerte ninguno había fallecido. Pasado el tiempo, los valles de Piura y el Chira tomaron valor, ya que en el gobierno del Gral. Morales Bermúdez se construyó en el Chira la represa denominada “Poechos” y que está integrada al valle de Piura, asegurando el suministro de agua en ambos valles.
Estas importantes obras de irrigación brindan seguridad en el suministro de agua, permiten al agricultor poder sembrar cultivos de: mangos, naranjas, paltas, uvas, arándanos, etc., y sobre todo poder contratar mano de obra especializada. En resumen, estas represas permiten dar trabajo a los pobladores de la zona.
Aunque los excesos de agua son igualmente peligrosos, como lo que está ocurriendo este año, en que las torrenciales lluvias y huaicos han generado pérdidas mayores, pero sin llegar a la quiebra las empresas agrícolas bien administradas y gracias a las inversiones en infraestructura agrícola.
Finalmente, Piura en menos de 100 años ha cambiado de ser una zona agrícola insegura, a una completamente próspera. Levantando su productividad agrícola en más de 3 mil millones de dólares, a pesar de haberse desbordado el río Chira cercano a la Bocana. Hoy existe una comisión del Ejecutivo preocupada en seguir mejorando la infraestructura, para seguir dando seguridad a las inversiones agrícolas.