Por Arturo Woodman
Expreso, 07 de diciembre de 2021
Los enfrentamientos que se vienen incrementando entre el Ejecutivo y Legislativo, involucrándose la prensa y gran parte de los ciudadanos, están afectando negativamente la estabilidad, gobernabilidad y desarrollo del país.
Esta situación proviene de la incapacidad de Castillo al no gobernar para todos los peruanos, insistiendo que lo hace únicamente para “su pueblo”, dividiéndonos inaceptable e inconvenientemente.
El Presidente solo tiene 132 días gobernando y ya se ha llenado de cuestionamientos y su popularidad habría caído al 32%, debido a su errática e incomprensible insistencia en una nueva Constitución mediante una Constituyente y sin intervención del Congreso, emulando a Cuba y Venezuela y su Consejo de Ministros conformado por varios integrantes sin condiciones apropiadas para ejercer estos importantes cargos e inclusive algunos con antecedentes de apoyo al terrorismo, al igual que los cientos de desacertados nombramientos en el aparato estatal.
El exministro Waldo Mendoza, en su carta abierta a Castillo, expresa que, al tener malos colaboradores, la gestión pública está en el peor nivel de la historia contemporánea, manifestando además que Castillo critica sin el menor conocimiento al sistema “neoliberal”, el cual nos ha generado espectaculares avances, y hoy estamos caminando al caos y arrastrándonos a una política que no ha funcionado en el mundo.
La fuga de capitales, la caída en la Bolsa, el incremento del dólar y alimentos, desvalorización de inmuebles, disminución de las inversiones y la falta de trabajo, aumentarán al frenar la exportación agrícola y promover la destrucción minera (4 minas en Ayacucho, Antamina y Las Bambas).
La corta visión que tiene Castillo, mostrándose siempre como un pobre campesino, sin palabra de maestro, huyendo de la prensa, prepotente, sin liderazgo, sin actuar como un Presidente capaz de guiarnos a la modernidad y progreso, son otras de sus debilidades.
Por su parte el Congreso, actual bastión defensor de la democracia y estabilidad del país, a raíz de la ineficiencia de Castillo para gobernar y con los últimos acontecimientos que lo involucran: los ascensos de las FF.AA., encontrar 20 mil dólares en el baño de su secretario y verlo en imágenes del Canal 4, acudiendo clandestinamente de noche, a reuniones no muy claras; ha decidido presentar una moción de vacancia presidencial, amparándose en lo que la Constitución establece como “una permanente incapacidad moral”.
Pero con la dificultad de obtener los 87 votos necesarios, resulta inoportuno el pedido de vacancia y los 52 votos que podrían lograr que el Presidente acuda al hemiciclo, quedarían de lado, al enviar a su abogado para representarlo.
De todos modos, no debemos olvidar que Castillo fue elegido hace poco por 51% de los votantes, no sería un precedente positivo ni democrático vacarlo, pero si el Presidente insiste en gobernar mal y pensando que sólo sus ronderos pueden juzgarlo, su permanencia en la presidencia no estaría asegurada.
Finalmente, con la actual inoperancia del gobierno de Castillo no logrará el bienestar ni de “su pueblo”, ni del país, pero es esperanzador que convoque a los líderes políticos e intente evitar los negativos enfrentamientos, aunque la destrucción del Perú ya estaría superando los daños de un terremoto grado 8.8.