Por: Arturo Woodman
Expreso, 7 de Febrero del 2023
Lamentablemente, el desorden se mantiene debido a las manifestaciones destructivas, especialmente en la ciudad de Lima. La PNP hace todos los esfuerzos para controlarlos, pero con un desgaste enorme, acudiendo sólo con sus uniformes, escudos, unas cuantas bombas lacrimógenas que lanzan a distancia, al no contar con máscaras.
Después de horas para dispersarlos, los resultados causados son: enormes daños a la ciudad, pocos detenidos, muchos policías heridos por piedras, cansados y en pocas ocasiones con el debido reconocimiento y agradecimiento de la población.
Esta situación de caos y destrucción no puede continuar, los agresivos manifestantes son financiados por el rezago terrorista, utilizando diferentes grupos, apoyados con dinero de la droga, minería ilegal o terrorismo.
No debemos esperar que los destructores tomen un aeropuerto o mantengan gran cantidad de piquetes que impiden el tránsito en las carreteras, “secuestrando” a miles de pasajeros en condiciones inaceptables y al retener los camiones con alimentos o carga para los negocios, fábricas y los sectores agrícolas, deteniendo la generación de puestos de trabajo, desarrollo y estabilidad del país.
Inclusive producen la escasez y aumento de precios de los alimentos, varias regiones se mantienen aisladas y tomadas por los manifestantes que realizan actos vandálicos, entre ellos en Puerto Maldonado, donde quisieron destruir la vivienda y la vida de su gobernador, quien felizmente tenía un arma superando el ataque y con la llegada de la PNP fueron dispersados.
Independiente de estos actos de destrucción de comisarías, edificios del Poder Judicial, desarrollo agrícola, importantes mineras, entre ellas Las Bambas y haber acabado con el turismo generador de millones de puestos de trabajo, piden realizar una Constituyente para cambiar la Constitución Democrática y convertirnos en otra Venezuela o Cuba, sin democracia, libertad, sin derecho a la propiedad privada e imponiendo un gobierno dictatorial.
El Ejecutivo debe convencerse de que con la intervención de las FF.AA. y la PNP ordenadamente, firmes y de acuerdo a nuestra Constitución, respetando los derechos humanos, se logrará el orden en el país. Los protestantes destructores los respetan, no teniendo otra posibilidad que retirarse, evitándose más muertes.
Lo hemos apreciado en los desbloqueos de las carreteras, como en el complicado Barrio Chino, Ica, el bloqueo tenía 11 días y al llegar las FF.AA. prácticamente colaboraron con el desbloqueo sin necesidad de un disparo al aire, igual resultado en la Carretera Central y otros bloqueos. Empieza a sentirse que los actos vandálicos, que tanto daño producen al país, comienzan a disminuir, retornando lentamente la tranquilidad.
Independiente de la actitud pacificadora y del orden que debe primar con la intervención de las FF.AA., los congresistas deben conseguir consenso para nuevas elecciones presidenciales y congresales, con las necesarias reformas electorales, logrando una Presidencia y Congreso con ciudadanos capaces de enrumbar al país con desarrollo tecnológico, trabajo, mejora de condiciones de vida para todos, en unión y sin pobreza.
La presidenta constitucional insiste en las elecciones en este año, pero con el Congreso fraccionado y una izquierda aferrada a la inoperante Constituyente, no se aprecia un acuerdo en corto plazo.
Finalmente, es imprescindible que el Ejecutivo ponga orden en el país a través de la PNP y las FF.AA., y que el Congreso, promueva la mejora de las leyes electorales a ser cumplidas en las nuevas elecciones a realizarse en un plazo apropiado.