Por: Andrés Balta
Perú21, 7 de diciembre del 2023
“Ahora empiezo a entender de dónde se pagará el shock, a quienes ajustarán correas y quienes se irán solos cuando la “guita” no la vuelvan a ver”.
No entendía cómo el shock lo pagará “la casta” y no los ciudadanos de bien. No comprendía (y aún, no comprendo del todo) cómo un shock de múltiples efectos dentro del mercado podría conducirse o amortiguarse para unos y no para otros. Eso seguirá siendo un salto difícil para mí que soy solo un amante del mercado libre. Esta posición, anunciada con vigor y repetidamente, es del “liberal libertario” Javier Milei, presidente electo de la Argentina por La Libertad Avanza.
Para empezar a entender dicha posición es útil reproducir en nuestras mentes, a la enésima potencia, uno de esos cientos de miles (por no decir millones) de casos de despilfarros sin límites ni escrúpulos. Esos, los que vienen ocurriendo y ocurren —cotidianamente— en el aparato estatal argentino. Uno de esos que se reproducen como plagas en permanentes y continuados caldos de cultivo y garbanzales sin límites, desde hace mucho tiempo. Uno, solo uno, de los millones de casos que se multiplican en la tierra de nadie. Uno de esos en los que se disfruta de vida en baño María o —mejor dicho— de vida en cloaca de diablo.
Pongamos el caso de un gobernador y su familia, contado por el propio Javier Milei. En sus palabras —no todas— se trata de un parásito que pide más impuestos, que toda su vida laburó en el Estado y que sus dos hijos, tres hermanos, tres cuñados, una cuñada, una exesposa, dos excuñados, seis primos, una prima, tres sobrinos, un yerno, dos sobrinas y un tío también trabajan para el Estado, esquilmando el dinero de los impuestos que pagan los argentinos de bien. Frente a esto, el minarquista (en camino a anarquista de propiedad privada) fustiga —con razón e indignación— a la “casta”, expresando sus sentimientos y los del 56% de una Argentina con el aparato público más elefantiásico jamás construido.
Ahora empiezo a entender de dónde se pagará el shock, a quienes ajustarán correas y quienes se irán solos cuando la “guita” no la vuelvan a ver. Es claro que La Libertad Avanza, que aborrece los privilegios, la corrupción y la vida de gorra y que sus miembros, que abrazan las ideas de la libertad, lucharán contra todo eso. Sin embargo, cómo es que esos cuasi anarcocapitalistas lograrán que unos sí y otros no paguen los efectos de un shock permanece aún en mi incógnita, aunque empiece a vislumbrarlo. Estemos atentos, lo veremos pronto.