Andrés Balta
Perú21, 20 de junio del 2024
“Estamos en medio de una batalla cultural, ¡qué duda cabe!”
Al comentar el éxito de ciertos países de la ONU que derrotaron a quienes pretendían la confusión y eliminación sexuales de la población y el establecimiento internacional de la ideología de género y el aborto, un amigo me dijo: “tranquilo que volverán a pegar la paliza con los mismos asuntos”.
Y tuvo razón, más tarde, en la España de Sánchez se atrevieron a poner sobre la fotografía gigante de un niño de 7 u 8 años, la propaganda: “Si dice no, no es sexo, es agresión”. Miren la frase porque tiene cuajo, mírenla, porque tiene cuernos, denle frente, porque tiene trampa y levántenle la falda, porque tiene disfraz.
En efecto, para conocer la esencia que está debajo de su falda, hay que escribirla en sentido contrario. De esa forma es debeladora y auspiciosa de la pedofilia. Así, diría: “Si dice sí, sí es sexo y no es agresión”. Con esa expresión, resurgen los camuflados atropellos y manoseo de la buena fe y dignidad de todos.
Ahí está pues el puñal, debajo de la manga. Por eso hay que tener mucho cuidado con cada burro de Troya del progresismo. Lucen buenos, pero son más malos que tuétano con cáncer. ¿Cómo es eso que, si un niño dice sí, yo puedo practicar con él o ella sexo? ¿Cómo es eso que no pueden votar, pero sí asentir para tener sexo con un adulto? ¿Desde cuándo dejó de ser delito la relación sexual con menores de 7 años? ¿Cómo y por qué se derrumbó el edificio jurídico de la violación presunta de menores, laboriosamente construido en el devenir de miles de años de dolorosa, pero fructífera civilización?
Estamos en medio de una batalla cultural, ¡qué duda cabe! Ellos van a estar dale y dale con sus burros de Troya y nosotros, ahí, firmes, dando y recibiendo en el pecho, como tercos guardianes de nuestra civilización.