Andrés Oppenheimer, Periodista
El Comercio, 27 de enero de 2016
Los titulares de la reciente reunión de unos 40 jefes de Gobierno en el Foro Económico Mundial (FEM) de Davos se centraron en las amenazas del Estado Islámico, los precios del petróleo y la crisis de los refugiados en Europa. Pero lo que me pareció más interesante –y pasó mucho más inadvertido– fue un estudio divulgado en la reunión según el cual los robots inteligentes eliminarán más de cinco millones de empleos en los próximos cinco años.
El estudio “Reporte del futuro de los empleos” advierte que la robótica avanzada, la inteligencia artificial, los autos que se manejan solos, las impresoras 3D, la genética, la biotecnología y otras nuevas tecnologías tendrán un impacto mayor al esperado sobre el empleo en un futuro próximo. Y las nuevas tecnologías afectarán a los trabajadores de los países industrializados y en desarrollo por igual, a menos que los países modernicen sus sistemas educativos, dice.
Entre los empleos más amenazados estarán los vendedores en las tiendas, los cajeros de supermercados, los empleados administrativos, los trabajadores manufactureros y los taxistas. La creciente automatización de los procesos de pago en los comercios eliminará un gran número de puestos de cajeros en supermercados y las compras por Internet continuarán reduciendo los empleos de vendedores.
Al mismo tiempo, los robots inteligentes y las impresoras 3D afectarán a las industrias manufactureras. Y el “Internet de las cosas” –las nuevas conexiones de Internet a través de la cual los objetos se comunican entre sí, al igual que las personas lo hacemos hoy– impactará muchas industrias, dice el estudio.
Mientras que las máquinas expendedoras de refrescos en la mayoría de los países todavía son visitadas al final del día por un inspector que determina cuántas botellas deben ser sustituidas, ahora esta tarea se hará automáticamente a través de la comunicación directa por Internet entre la máquina expendedora y el camión de suministro. Y el camión pronto se conducirá solo.
“Ahora es posible crear autos, camiones, aviones y barcos que se manejan de forma total o parcialmente autónoma, lo que podría revolucionar el transporte, si los reglamentos lo permiten, para el año 2020”, dice el informe.
El estudio, basado en una encuesta a 371 empresarios de 15 países –entre ellos Estados Unidos, Francia, India, México y Brasil– concluye que los avances tecnológicos eliminarán unos 7,1 millones de puestos de trabajo y crearán dos millones de empleos en los próximos cinco años. Es decir, habría una pérdida neta de 5,1 millones de puestos de trabajo.
Entre los empleos más requeridos en un futuro próximo estarán los relacionados con la instalación, reparación y mantenimiento de robots e impresoras 3D, así como analistas de datos para prácticamente todas las industrias. Por consiguiente, habrá una gran demanda de arquitectos, ingenieros, informáticos y matemáticos.
Intrigado, le pregunté a la directora para América Latina del FEM, Marisol Argueta, si los avances tecnológicos impactarán por igual a los países ricos y a los emergentes. Definitivamente sí, dijo, citando el caso de las plantas automotrices que usan cada vez más robots.
Lo que más me sorprendió fue su afirmación de que incluso la agricultura y ganadería latinoamericanas serán sacudidas, entre otras cosas porque China abrirá su primera granja de producción masiva de vacas clonadas.
Efectivamente, un consorcio chino-coreano abrirá este año una granja de la clonación en la ciudad de Tianjin que producirá 100.000 vacas en una primera fase, y un millón de vacas en una segunda fase, según un reciente artículo en el periódico oficial “China Daily”.
Mi opinión: no estoy entre quienes tienen la visión apocalíptica de que la tecnología causará una ola de desempleo mundial. Los pesimistas han estado diciendo eso desde la revolución industrial hace dos siglos, cuando los trabajadores textiles destruyeron las máquinas a vapor argumentando que eliminarían la mayoría de los empleos, y no ha habido tal debacle. En general, la pobreza mundial se ha reducido en las últimas décadas.
Pero lo que resulta claro es que los países que no modernicen sus sistemas educativos para producir más ingenieros, arquitectos y graduados en humanidades más creativos y emprendedores pueden ser afectados por las nuevas tecnologías.
El 65% de los niños que entran en la primaria hoy terminarán trabajando en empleos que no existen en la actualidad, según el estudio. Si no preparamos a nuestros niños para que tengan más habilidades técnicas y para ser más emprendedores e innovadores, estarán más amenazados por la ola tecnológica que se viene.