Alonso Rey Bustamante
Perú21, 7 de marzo del 2025
«Los alcaldes deberían estar preocupados por combatir la inseguridad rampante de sus ciudades, pero prefieren el show mediático»
La tragedia en el Real Plaza de Trujillo fue terrible; nos solidarizamos con los familiares de los fallecidos y heridos. Debe investigarse a fondo y sancionarse a los responsables. Pero lo que está pasando ahora es inaceptable: alcaldes aprovechando el momento para hacer politiquería y cerrar negocios sin justificación. No están buscando justicia, están buscando protagonismo y, además, como es conocido, corrupción para seguir operando.
Desde el accidente, cientos de negocios han sido clausurados sin criterio. No hablamos de locales inseguros o ilegales, sino de pymes, mypes y empresas que cumplían con las normas, pero que ahora están cerradas por el capricho de algún funcionario. ¿El resultado? Miles de emprendedores perdiendo valiosos días de trabajo y decenas de miles de trabajadores en el limbo. ¿Quién responde por ellos?
Los alcaldes deberían estar preocupados por combatir la inseguridad rampante de sus ciudades, pero prefieren el show mediático. Quieren mostrarse como los grandes defensores del pueblo, cuando en realidad lo único que están haciendo es asfixiar a los emprendedores.
La ley contra el abuso municipal existe justamente porque ya conocemos esta situación: inspectores que cierran locales porque no reciben una “atención”, burocracia que hace imposible trabajar, alcaldes que usan su poder para extorsionar. Y ahora, con la excusa de Trujillo, quieren revertir este avance para recuperar la fuente de financiamiento de sus cajas chicas municipales.
Son 65,000 puestos de trabajo formal directos y 32,000 indirectos los que están en riesgo por clausuras sin sustento. Esto no es justicia ni fiscalización responsable; es arbitrariedad pura, disfrazada de preocupación por la seguridad. En la mayoría de casos, estos cierres obedecen a prácticas extorsivas y a la búsqueda de rentas ilegales por parte de inspectores que operan bajo lógicas corruptas.
¿Sinceramente nos debemos preguntar si las municipalidades sirven para algo? Las 200 municipalidades provinciales y 1,978 municipalidades distritales, con toda la burocracia que generan, ¿otorgan servicios públicos adecuados?
Peor aún, algunos congresistas quieren subirse a la ola populista y proponer leyes alineadas con las ambiciones de estos alcaldes. ¿Por qué no les exigen a los congresistas haber sido emprendedores 10 años antes de ejercer la función de congresista, a ver cuántos populistas existirían? Ya es bastante complicado hacer empresa con la inseguridad y la falta de estabilidad en el clima de inversión como para que, encima, pésimos funcionarios se dediquen a entorpecer más.
Si de verdad queremos evitar más tragedias, hay que hacer bien las cosas: fiscalización eficiente, sanciones cuando corresponda, pero con reglas claras. Lo que no se puede permitir es que alcaldes incompetentes y politiqueros destruyan empleos solo para sacar aplausos en la tribuna y sin transparentar sus verdaderas intenciones.
Los peruanos no necesitamos más autoridades en busca de culpables al azar. Los peruanos necesitamos más emprendedores y menos burocracia. Necesitamos un Estado que deje trabajar y deje de ver al sector privado como el enemigo.