Así como hemos criticado a Alfredo Torres en cuanto a sus opiniones sobre la estructura de la clase media en el Perú, consideramos que el último artículo de su blog sobre los motores del progreso de las familias peruanas es muy lúcido y queremos compartirlo con nuestros lectores (Lampadia).
Así cómo hace unas décadas la sociedad peruana fue transformada por la migración del campo a la ciudad, en los últimos años es la movilidad social ascendente la que viene cambiando la faz del Perú. En efecto, según cálculos de Ipsos Perú, entre el 2005 y el 2012 el NSE A se incrementó en casi 200 mil personas, el NSE B en 1,3 millones y el NSE C en algo más de 2,7 millones. La mayoría de estos 4,2 millones de peruanos que están ahora en los NSE A, B y C son el resultado del ascenso social.
Como se sabe, este proceso tiene sus orígenes en las reformas económicas de los 90’ y se acelera en la última década, en la que el Perú destaca como una de las economías más abiertas y de mayor crecimiento en el mundo. La movilidad social es una de las características de las sociedades modernas, pero esta no siempre es ascendente. En el Perú, el modelo económico que prevaleció en los 70’ y 80’ colapsó en una brutal hiperinflación que hizo descender socialmente a muchos peruanos, incluidas ocupaciones enteras como la de los maestros escolares.
Cuando la economía se administra con prudencia y se promueve la competitividad, el país crece y se produce la movilidad social ascendente. Sin embargo, no todas las familias suben por igual. ¿Cuáles son los factores que hacen que unos progresen más que otros?
Una investigación etnográfica efectuada por Ipsos Perú en hogares de todos los niveles socioeconómicos ha encontrado que es posible distinguir cuatro principales motores del progreso de las familias:
1) El empleo: La inversión privada ha generado centenares de miles de empleos directos e indirectos en los últimos años. Comparando el 2012 con el 2005 se observa que la tasa de empleo en los jefes del hogar ha pasado de 74 a 78%; en sus cónyuges de 47 a 56% y en sus hijos de 49 a 59%. El acceso a los nuevos puestos de trabajo y los subsiguientes ascensos y aumentos es un factor clave para el progreso de muchas familias.
2) La educación: La inversión en educación privada en las últimas dos décadas ha sido muy significativa. Hoy la mayor parte de los niños en Lima estudian en colegios privados y la mayor parte de los universitarios del país acuden a universidades privadas. Las familias que invierten en educación y en las que algunos de sus hijos culmina estudios superiores en una buena universidad privada o estatal normalmente mejoran su situación socioeconómica.
3) El espíritu emprendedor: En la investigación etnográfica se observó una tendencia muy fuerte a desarrollar emprendimientos, en algunos casos como actividad principal y en otros – para aquellos con empleos dependientes –como fuente de ingresos complementaria. Sacar adelante un emprendimiento exitoso lleva generalmente al ascenso social de las familias.
4) Las mujeres empoderadas: Las mujeres contribuyen cada vez más al presupuesto familiar – por ejemplo, más del 70% de las bodegas son conducidas por mujeres – y, aunque no trabajen fuera de su casa, suelen ser las más focalizadas en sacar adelante a sus familias, promoviendo el ahorro y la educación de sus hijos. El estudio encontró que en los hogares donde había mujeres de carácter, el progreso avanzaba más rápido.
Naturalmente, existen también factores que traban el progreso. La delincuencia y las enfermedades graves pueden causar golpes muy duros. Menos evidente pero muy corrosiva es también la desconfianza en las autoridades, percibidas como corruptas y promulgadoras de normas absurdas, que obstaculizan las iniciativas emprendedoras. La escasa credibilidad de las autoridades es grave porque afecta la confianza en las instituciones y, por ende, en el país.
En la investigación se observó que la familia en todas sus variantes – nuclear, ampliada – sigue siendo la unidad socioeconómica fundamental de la sociedad peruana. El estudio concluye que las familias que tengan encendidos estos cuatro motores – empleo, educación, espíritu emprendedor y mujeres empoderadas – ascenderán socialmente.
El quinto elemento:
En mi opinión, existe un generador adicional de progreso, que de alguna manera subyace a los anteriores. Este quinto elemento es más individual que colectivo y explica que personas de similares condiciones socioeconómicas y culturales tengan evoluciones diferentes en el mediano y largo plazo. Este factor es lo que la psicóloga norteamericana Angela Lee llama Grit (no confundir con greed) y que consiste en la pasión y perseverancia que ponen las personas en conseguir sus objetivos de largo plazo. Las personas que desarrollan esta determinación y espíritu de lucha son los que llegan más lejos.
Los invito a ver la presentación de Angela Lee:
http://www.ted.com/talks/angela_lee_duckworth_the_key_to_success_grit.html y a reflexionar sobre cómo podemos promover esta actitud en nuestra sociedad.