Alfredo Torres
Perú21, 26 de noviembre del 2024
La iniciativa que se enmarca en la semana del CADE 2024, enfocado en destacar las contribuciones clave de diversas empresas privadas al desarrollo del país.
Existen dos creencias muy extendidas sobre la informalidad. Una es optimista: hay millones de emprendimientos que podrían ser formales. La segunda es pesimista: son informales porque prefieren serlo para evadir impuestos.
El primer mito se sustenta en que existen más de 3 millones de micro y pequeñas empresas. El segundo, en que la mayoría de esas empresas operan sin licencia y no emiten facturas. La realidad, sin embargo, es mucho más compleja, como revela un estudio efectuado por Ipsos entre 1,200 informales con negocios de puerta a la calle tales como bodegas, huariques, peluquerías, carpinterías y talleres en todo el país, por encargo de Mibanco y el banco de Ideas de Credicorp.
Es verdad que la multiplicidad de micro y pequeñas empresas revela un espíritu emprendedor muy extendido, pero lo que el estudio muestra es que 55% de estos emprendimientos son unipersonales, 33% tienen apenas dos trabajadores y solo 12% tienen tres o más trabajadores. A su vez, que 75% de sus trabajadores son familiares y que tanto el emprendedor principal como sus colaboradores reciben en la mayoría de los casos ingresos por debajo de la remuneración mínima vital. Es decir, se trata más de soluciones creativas al desempleo que de emprendimientos viables. La barrera para el crecimiento que enfrentan estos emprendedores es el resultado de su falta de capacitación y de financiamiento, lo que les limita la posibilidad de mejorar su productividad y rentabilidad.
Sin duda los informales no pagan impuestos, pero el hallazgo más relevante del estudio es que 47% de los encuestados contesta que “definitivamente” quisiera que su negocio sea formal y 38% ve su negocio “mucho más grande” en tres años. Es decir, hay un buen número de emprendimientos que podría formalizarse si se dan las condiciones apropiadas. La barrera de la legalidad que enfrentan los informales se deriva de la indolencia y la corrupción de las que son víctimas por parte de diversas entidades públicas.
Las empresas formales medianas y grandes pueden hacer mucho para ayudar a las micro y pequeñas empresas a crecer. Las becas Grupo Romero, para cursos virtuales, a las cuales ya han accedido 1.5 millones de peruanos, e iniciativas como el Compromiso MYPE desarrollado por el movimiento Es Hoy para animar a medianas y grandes empresas a simplificar el acceso de las Mypes a su registro de proveedores y a pagarles de manera más rápida por sus productos o servicios son mecanismos para ayudar a los emprendedores a mejorar su productividad y su liquidez.
La barrera de la legalidad depende del Estado. Los municipios deberían ser los primeros llamados a apoyar a sus microempresarios a formalizarse. Lamentablemente, la mayoría no lo hace. 85% de los informales encuestados señalan que las municipalidades distritales los apoyan poco o nada y 61% que es difícil o muy difícil obtener una licencia municipal. Algo similar perciben de la Sunat. Evidentemente, un microempresario no puede destinar muchas horas a hacer trámites porque son horas que deja de percibir ingresos. El Estado debería desplegar una cruzada para simplificar y digitalizar los procesos para la formalización.
El Congreso de la República también podría ayudar a reducir la informalidad mediante una modernización de la legislación laboral que incentive la contratación de trabajadores en empresas formales o eliminando los topes a las tasas de interés que solo convienen a los prestamistas informales del ‘gota a gota’ así como con otras iniciativas para promover la inversión, pero eso ya sería materia de otro artículo.
En conclusión, una estrategia para reducir la tasa de informalidad del microempresario debe ir acompañada de una estrategia para fomentar su crecimiento. Y eso depende del Estado, que tiene que abocarse a facilitar su formalización, simplificando y digitalizando trámites, pero puede acelerarse si el sector privado formal adopta actitudes más decididas para apoyar a las micro y pequeñas empresas en capacitación, simplificación para acceder a su registro de proveedores y pronto pago a sus facturas.