El informe del Banco Mundial “La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América Latina” es sin duda el estudio más completo que se ha producido sobre la evolución y perspectivas de la clase media en la región. El documento, que cuenta con el aval del presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, destaca que la clase media ha crecido de 100 millones a 150 millones del 2000 al 2010 en América Latina y representa ahora cerca de la tercera parte de su población.
Para el Banco Mundial, no hay tres sino cuatro clases sociales en América Latina: clase alta, clase media, clase vulnerable y pobres. La primera con ingresos de más de US$50 per cápita al día, la segunda con ingresos de US$10 a US$50, la tercera con ingresos de US$4 a US$10 y la cuarta por debajo de los US$4. Para una familia de cuatro miembros, estas cifras equivalen a ingresos mensuales de más de S/.17.000 soles para la clase alta, de S/.3.400 a S/.17.000 para la clase media, de S/.1.350 a S/.3.400 para la vulnerable y menos de S/.1.350 para los pobres.
Según el estudio, el 2% de los latinoamericanos está en la clase alta, el 29% en la clase media, el 38% en la clase vulnerable y el 31% en la pobreza. Para el Perú, el Banco Mundial estima con cifras del 2010 que el 1% está en la clase alta, el 26% en la clase media, el 40% en la clase vulnerable y el 34% en la pobreza. Los tamaños y los cortes de ingreso coinciden a grandes rasgos con lo que en el Perú llamamos nivel socioeconómico (NSE) A para la clase alta, B y C para la clase media, D para la vulnerable y E para los pobres.
El informe señala expresamente que “alrededor de las dos terceras partes de la población de la región continúa concentrada en las clases vulnerable y pobre. Esto sugiere que, a pesar de la tendencia positiva, la región no es aún una sociedad de clase media”.
Esto puede sonar decepcionante para quienes han sostenido, sobre la base de estudios menos rigurosos, que la clase media era ya mayoritaria. Sin embargo, una mirada más atenta de los datos lleva a una conclusión más favorable.
Para el Banco Mundial, en el 2005 solo el 16% de los peruanos podía ser considerado de clase media. Haber pasado a ser el 26% el 2010 quiere decir que la clase media creció de 4,4 millones a 7,5 millones de personas. Si proyectamos el crecimiento a la actualidad, más del 28% de los peruanos formaría ya parte de la clase media. Esto coincide con la tendencia calculada por Ipsos Perú, según la cual los NSE B y C sumaban 22,5% el 2005 y han pasado a ser 32,5% el 2012.
El estudio destaca que dos de cada cinco latinoamericanos han cambiado su estatus en la última década y que los mayores predictores de ascenso hacia la clase media son la educación y el empleo en el sector formal de la economía. Asimismo que, a mayor tasa de crecimiento del PBI y menor inflación, hay mayor movilidad social ascendente. Es decir, el modelo económico vigente en el Perú facilita el crecimiento de la clase media.
Para el 2030, el Banco Mundial estima que el 42% de los latinoamericanos podría ser de clase media. Si el Perú sigue creciendo a las tasas de la última década, podría superar esa proporción. Además de políticas económicas sanas, que promuevan la inversión, la expansión de la clase media requiere una mejor educación y acciones efectivas para reducir la economía informal.
Por último, la tecnología puede tener un gran impacto en el desarrollo de la clase media. El estudio destaca la influencia positiva que ha tenido la telefonía celular en la reducción de la pobreza rural en el Perú. En la actualidad, la gran mayoría de los peruanos ya cuenta con un teléfono celular. No está ocurriendo lo mismo todavía con Internet.
Hoy en día, la mitad de los peruanos mayores de 18 años nunca se conecta a Internet y solo uno de cada cuatro tiene conexión en su vivienda. La conexión fluida a Internet contribuye al desarrollo de competencias y el incremento de la productividad necesarios para el progreso social. Sin duda, una ampliación acelerada de la conectividad por Internet tendría un efecto muy favorable en el crecimiento de la clase media. El gobierno y las municipalidades deberían prestar más atención para facilitar su expansión.
Publicado en El Comercio, 13 de noviembre de 2013