Alfredo Torres, Presidente ejecutivo de Ipsos Perú
El Comercio, 3 de diciembre de 2017
Hace un año se llevó a cabo CADE Desafío 2021: La Oportunidad es Ahora. Esta semana se realizó CADE Un solo Perú: No más Cuerdas Separadas. CADE 2016 se planteaba una visión para el quinquenio del gobierno que empezaba y un sentido de urgencia. CADE 2017 fue más bien un llamado a la necesidad de generar consensos, de entender que la política y la economía deben ir juntas para que el Perú desarrolle. La diferencia no ha estado solo en el título. El ánimo de los participantes en CADE del año pasado era entusiasta, de esperanza. Este año, en cambio, flotaba un ambiente de frustración, cuando no de desencanto.
La encuesta que efectuó Ipsos entre los participantes refleja este estado de ánimo en dos indicadores: la aprobación presidencial y la percepción de progreso. La aprobación a la gestión del presidente Pedro Pablo Kuczynski entre los asistentes a CADE 2016 fue 89%. Este año ha sido de 37%. El año pasado, 57% consideraba que el país estaba progresando. Este año, solo 20% respondió en ese sentido. Para 60% el país “está igual”. Es la primera vez en los últimos 15 años que la mayoría de asistentes a CADE comparte esta sensación de estancamiento.
El presidente anticipó el ambiente que lo recibiría y preparó un mensaje destinado a recuperar la confianza. Señaló que percibía un excesivo pesimismo alimentado por la turbulencia política pero que el Perú no estaba estancado, que en el último trimestre se habían creado más de 400 mil nuevos empleos, que en lo que va del año las exportaciones habían crecido 10%, que la construcción estaba recuperando dinamismo. Destacó luego los avances alcanzados en seguridad ciudadana y reiteró sus compromisos en materia de crecimiento económico, inclusión social, respaldo a las instituciones y lucha contra la corrupción.
Quizá la parte más reveladora de su mensaje fue cuando señaló que no caería en medidas populistas de resultados efímeros y que: “El nuestro es un gobierno persistente, no confrontacional. No queremos un pugilato que sea aplaudido en los medios, lo que queremos es que se progrese con empeño, honestidad, dedicación hacia las grandes metas que nos hemos trazado para el bicentenario y más allá”.
No es seguro que PPK haya logrado levantar el ánimo de los empresarios, pero sí es probable que su mensaje haya coincidido con la forma de pensar de muchos participantes. El resultado de la encuesta de Ipsos en CADE, según la cual solo 12% de los participantes aprobaba el desempeño del Congreso, da una pauta del malestar que genera entre los empresarios el estilo confrontacional de algunos de los parlamentarios más protagónicos y las iniciativas populistas que se han venido presentando, sobre todo en los últimos meses.
Por el lado de los asistentes a CADE también se pudo apreciar, en las exposiciones y en las encuestas, persistencia en ciertas convicciones fundamentales. Por el lado económico, la convicción de que la economía de mercado es el camino para seguir creciendo y reduciendo la pobreza. En el ámbito social, que es indispensable combatir la anemia infantil y modernizar los métodos de educación. En el campo institucional, que es prioritario mejorar el funcionamiento del sistema judicial y reformar el sistema político.
Uno de los temas más debatidos en CADE fue el desafío por incrementar la productividad. Como dijo el presidente de IPAE, Julio Luque, en la clausura: “Con los actuales niveles de productividad nunca vamos a ser desarrollados”. Para lograr incrementar nuestra productividad es indispensable trabajar desde el vientre materno y la primera infancia, para que todos los niños tengan la misma posibilidad de desarrollar su inteligencia; y desarrollar una educación que los abra al aprendizaje permanente y los prepare para un mundo cada vez más competitivo. En ese proceso, como también en la gestión pública y privada, la incorporación de la tecnología y la transformación digital son fundamentales, pero también se requiere flexibilidad para adaptarse al cambio y la innovación.
Según la encuesta en CADE, los empresarios estiman que la economía peruana crecerá el próximo año 4,7%. No es una mala tasa. El gran reto, sin embargo, está en el mediano plazo. Según proyecciones que mostró Diego Macera en CADE, si crecemos a un ritmo de 3% promedio, nos tomará 30 años alcanzar el nivel actual de desarrollo de Argentina. En cambio, si crecemos a 6% promedio, alcanzaremos en ese lapso el PBI per cápita actual de Holanda. La diferencia entre una y otra tasa depende fundamentalmente de cómo evolucione nuestra productividad. En ese sentido, la creación del Consejo Privado de Competitividad –una iniciativa de IPAE y la CAF– y que su primer presidente sea Fernando Zavala fue la noticia más celebrada al terminar CADE, como para recuperar la esperanza.