Por: Alfredo Ferrero
Perú21, 18 de noviembre de 2021
Cien días de Gobierno padeciendo a Castillo, sin logros, marcados por la conflictividad política y el descalabro económico. ¿Fueron los peores primeros 100 días que se recuerde? Solo la continuación de la vacunación del periodo anterior se salva.
La palabra del ‘prosor’ está devaluada por el silencio y la incapacidad, atribuyéndose representatividad del ‘pueblo’ y agudizando la contradicción (pobres contra ricos). El gabinete Vásquez obtuvo la confianza ‘por un pelo’, con algunos votos de Renovación Popular y Avanza País, tras la división de la bancada de Perú Libre. El gabinete no califica para dar gobernabilidad, pero Castillo es el principal factor de desconfianza. Cien días es poco tiempo, pero suficiente para dar malas señales.
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Hay fisuras notorias en la relación con la premier, también con Cerrón y Perú Libre. El menú incluye contradicciones, decisiones erradas y nombramientos discutibles. Castillo no tiene cuadros para gobernar y la improvisación e incapacidad haría difícil convocarlos. Las encuestas denotan un descenso sistemático en la aprobación de Castillo (sur, sectores D y E). Las redes y la opinión pública refieren que 5 años así son insostenibles.
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La estrategia de Cerrón para las elecciones generales de 2026 y regionales de 2022, indicaría marcar distancia, y evitar asumir pasivos del Gobierno. No sorprendería que la bancada dividida, cerronista, favorezca la vacancia si el descalabro se acentúa y se dan las condiciones. El escenario político peruano cambia rápidamente.
Este no es el ‘gobierno del cambio’, sino del retroceso. La gobernabilidad está en crisis y ello es irreconciliable con una economía estable. Las expectativas empresariales mejoran por el deterioro del Gobierno. ¿Parece contradictorio? El deterioro eleva la posibilidad de que el periodo gubernativo no dure 57 meses más, siendo incierta la capacidad de ‘aguante’ del país.