Entrevista a Alfonso Bustamante
El Comercio, 26 de enero del 2025
El presidente de la Confiep advierte que se requiere un plan estructurado para afrontar la criminalidad que azota al país. Y que el ministro del Interior –cuya cartera debe liderarlo– no ha dado resultados.
Un cambio de estrategia, pero también de actores. El presidente de la Confiep, Alfonso Bustamante, expresa su preocupación por la escalada de violencia y apunta que se requiere la elaboración de un plan estructurado. El titular del sector a cargo de ello, Juan José Santiváñez —quien está al frente de la cartera de Interior desde mayo del año pasado— no ha dado resultados, apunta.
—¿Cuál es la evaluación que hace la Confiep respecto al manejo que viene teniendo el gobierno de la presidenta Dina Boluarte sobre un problema tan grave como la inseguridad ciudadana, que está golpeando tan fuerte a los peruanos?
Lamentablemente, los resultados hablan por sí solos. Y estamos perdiendo la batalla contra el crimen organizado y contra la violencia. Claramente, se necesita poner foco e interés a este asunto. Las acciones que se han tomado han sido acciones aisladas, se han respaldado en la policía, pero no se ha hecho un plan estructural para luchar contra el crimen organizado y dejar la violencia. Entonces, falta esa estructura, necesitamos una estrategia completa para ello.
—La cartera clave desde donde se debería abordar esto es el Ministerio del Interior. ¿El ministro Santiváñez ha demostrado ser la persona más idónea para afrontar esta situación?
Durante mucho tiempo hemos estamos diciendo que esto no solo depende del ministro, sino que depende de los tres poderes del Estado, que es cierto. Sin embargo, el ministro ya tuvo un tiempo largo. Se ha comunicado, hemos tenido reuniones con el ministro y con la presidenta, dando nuestro punto de vista y diciendo que, además, se necesita estrategia. Y no vemos ningún resultado. No hemos visto un plan estructurado, un plan maestro, que convoque a todos los sectores para luchar contra esto. Entonces, creo que si el ministro no puede, debe dar un paso al costado. Para presentarle a la presidenta esta propuesta de manejo estratégico sobre la lucha contra el crimen organizado.
—¿Ya cumplió su ciclo Santiváñez?
Creo que no hemos visto nada del ministro, lamentablemente. Hemos sido hasta complacientes al decir ‘oye, estos son varios poderes del Estado’. Realmente, este ministro no ha dado resultados y la administración pública tiene que trabajar por resultados. El problema principal de todos los peruanos hoy día es la inseguridad ciudadana. El crimen organizado hoy día es mayor que casi todos los otros sectores de la economía. Entonces, claramente al estar perdiendo la batalla tenemos que cambiar de estrategia, pero también de actores. Y la presidenta de la República es el personaje principal. Ella debe recibir del ministro este plan, la estrategia, y la presidenta la debe hacer suya y liderar. Pero vemos que eso no ha sucedido.
—Las críticas son diversas, pero el Ejecutivo cierra filas e incluso la presidenta Boluarte ha dicho —y cito textualmente— tenemos “un excelente” ministro. ¿Concuerda usted con ello?
No concuerdo. Quisiera saber, si la presidenta dice que tiene un excelente ministro del Interior, seguramente es que querría decir que ha recibido un plan estratégico bien estructurado, con presupuestos y alcances. ¿Entonces dónde se está quedando? Quiero pensar que se está quedando en el ministro y no en la presidenta.
—Más de 80 homicidios en los primeros días del año, una oleada criminal incesante y ahora último un atentado con dinamita a la sede de la fiscalía. ¿Hemos entrado ya a un punto sin retorno?
Nunca hay que decir un punto sin retorno. Esta es una materia en la cual no podemos claudicar, tenemos que ganarle al crimen organizado, tenemos que ganarle a la violencia. Entonces lo que es necesario, el punto sin retorno, es que no podemos pasar un día más sin una estrategia, un plan maestro para la lucha contra el crimen organizado. No lo vemos. La presidenta en Davos se ha referido a que hay pacificación. Creo que lo que ha mencionado es cómo estaríamos con Pedro Castillo. Efectivamente, ahí tuvo la presidenta un rol protagónico frente al rompimiento democrático que intentó hacer ese señor. Pero eso ya no alcanza para los problemas que tenemos hoy día. Hay que reconocerle a la presidenta ese momento que tuvo la decisión valiente, pero hoy no alcanza. Necesitamos más decisiones valientes y es enfrentar al terrorismo urbano cara a cara. Me alegro de que el premier Adrianzén haya calificado a las acciones violentas y al dinamitazo al Ministerio Público como terrorismo urbano. Claro que sí, esto es un terrorismo urbano y amerita medidas diferentes, de emergencia, extraordinarias. Por ejemplo, un presupuesto suficiente para armar a la policía, con chalecos, con armamentos, que tenga presupuesto para dar suministros logísticos tanto a la policía como al Ejército, que debería estar acompañando a la policía ante esta situación tan extraordinaria de terrorismo urbano. Necesitamos inteligencia. Para eso se necesita también presupuesto, pero sobre todo se necesita decisión política. Esa decisión política es la que el Perú le pide a gritos a la presidenta que tome sobre este flagelo. Mire usted, no es difícil pelear estas peleas, pero se necesita decisión y eso es lo que no vemos, es lo penoso.
—En la visita que hizo la presidenta en Suiza, ¿no se ha dado una imagen diferente a lo que está ocurriendo en estos momentos en el Perú? ¿No ha demostrado un desapego con lo que está sucediendo?
No creo. La presidenta lo que tiene es que promover al Perú en todos los sentidos. Necesitamos inversión privada para poder crecer y salir de lo que muchos peruanos están, en situación de pobreza. Para eso necesitamos generar inversiones, trabajo y el foro económico de Davos sirve para eso y tiene que promoverlo. Ella lo que ha hecho referencia en ese momento es que el país vive un clima de paz y de tranquilidad política. Y es cierto en el tema de la tranquilidad política; de paz, no es tanto. Creo que comparaba qué hubiera sido con el Perú con Pedro Castillo. Ya, como le digo, eso ya no alcanza. Si realmente vamos a invitar a inversionistas peruanos, extranjeros, grandes empresas como microempresarios, a seguir teniendo su actividad económica y promoviendo el Perú, necesitamos pacificación. Necesitamos decisiones políticas, que retome esa valentía que hace gala en Davos, que la retome, y que sirva ahora para luchar contra el crimen organizado y el terrorismo urbano.
— Contrario a lo que estamos conversando, pareciera que hay una preocupación más bien en dificultar la persecución de ciertos delitos, eliminando incluso la detención preliminar. ¿Hay una visión de Estado para poder afrontar la criminalidad organizada?
No, no la hay. Y lo que usted acaba de decir, efectivamente, es una evidencia de que no la hay. En el momento donde el crimen organizado y los delitos — desde los pericotes hasta los secuestradores, asesinos— están en su auge, lo que necesitamos es que las reglas sean más duras, que el Poder Judicial y la fiscalía puedan hacer su función y para eso necesitan un respaldo de la ley. Una herramienta como es la detención preliminar es fundamental para esa pelea. Entonces, ¿quién nos está jugando en contra de esa pelea? ¿Y por qué? Hay que preguntarnos. ¿Quién gana y quién pierde? Ganan los criminales, pierde el Perú. ¿Por qué estamos haciendo que ganen los criminales? ¿Qué hay detrás de eso? ¿Será el financiamiento de algunos? El oro ilegal mueve 6,000 millones de dólares. ¿Cuántas voluntades puede comprar 6,000 millones de dólares en el Perú?
—Justamente, el tema de la detención preliminar es lo último, pero previo a eso ya ha habido medidas adoptadas por el Congreso bastante cuestionables, como la de crimen organizado y varias otras…
Claro, por ejemplo, los crímenes para prisión efectiva que sean mayores de cinco años. Estamos haciéndole la vida más fácil a los criminales. Y, como dice usted, no es una sola ley ni una sola acción, sino es una secuencia de ellas.
—¿Y qué papel juega el Congreso? ¿A qué responde esto?
El Congreso no es una unidad, está compuesto de 130 miembros y muchos partidos y muchos intereses, pero lamentablemente se hace evidente que hay un pequeño grupo que aparentemente responde a intereses que coinciden con la violencia y el crimen organizado.
— Se ha anunciado que se va a abordar el tema del terrorismo urbano en el Congreso. Sin embargo, ya en octubre pasado se abordó una iniciativa similar pero que finalmente no llegó a prosperar, con el nombre de ‘criminalidad sistemática’. ¿Hay garantía de que finalmente se pueda aprobar esto en el Parlamento?
No. No tenemos garantía de que pueda salir algo eficiente. Lo que podemos hacer es una invocación a todos esos congresistas de buena fe, que los hay sin duda, a que vean este tema con responsabilidad. Quiero llamar también la atención, que es un ingrediente más del mismo tema, sobre la ley que ha salido de financiamiento de partidos políticos. El gran problema del financiamiento de partidos es que hoy día, aparentemente, como lo estamos evidenciando por las acciones del Congreso, hay economías ilegales que financian grupos de congresistas. Entonces queremos evitar que el dinero negro entre y financie políticos. Y la ley que han aprobado no ha hecho nada, lo único que ha dicho es que el financiamiento privado debe ser bancario. Claro, las economías ilegales nunca van a financiar formalmente. La puerta trasera es la que usan y para ello lo que nosotros hemos propuesto al Congreso es que hay que fiscalizar los usos, que tenga la autoridad electoral la potestad de eliminar de la contienda a quien no pueda sustentar de dónde provienen los dineros que está utilizando para fondos de campaña. Porque evidentemente si no los puede probar, evidentemente son de origen ilícito. Por qué no sale una ley así que ataque el seno del problema que es el financiamiento de economías ilegales en la política. Y más bien se dice: no, los privados que quieran poner plata están limitados y lo hacen a través del Banco de la Nación. Bueno, no cambió nada. Son las economías ilegales las que necesitan frenarse en el financiamiento de partidos y no se ha hecho nada. Y después tenemos daciones de leyes que van en contra del sentido de la lucha contra el crimen.