Alfonso Bustamante Canny
Gestión, 14 de febrero del 2025
El 31 de enero, José Salardi asumió como ministro de Economía y Finanzas (MEF) y, apenas diez días después, convocó a los principales gremios empresariales del país. En esa reunión, destacó su visión del sector privado como el gran aliado del Estado y reafirmó su compromiso de impulsar la inversión privada como motor del crecimiento económico. Además, ofreció reuniones periódicas con el sector privado cada dos semanas, una señal de apertura que merece ser valorada.
Si bien es positivo que el ministro busque fortalecer el diálogo con el empresariado, aún está pendiente la definición de su hoja de ruta económica. En la reunión, Salardi asumió varios compromisos clave que, de concretarse, representarían avances importantes para la economía peruana.
Alineado con su visión de priorizar la inversión privada y optimizar el uso de los fondos públicos en beneficio del ciudadano, Salardi prometió no destinar más recursos a Petroperú en este 2025; y más bien planteó tener una reunión entre el Directorio de Petroperú y el sector privado para abordar la gobernanza de la empresa estatal, un problema estructural que ha afectado su sostenibilidad.
El ministro se mostró receptivo a temas estratégicos como la Ley de Promoción Agraria y las Zonas Económicas Especiales (ZEE), iniciativas que habían quedado rezagadas en el viceministerio de Economía. Retomar su discusión y eventual implementación podría representar una oportunidad de crecimiento para diversos sectores productivos del país. Salardi enfatizó la urgencia de acelerar los procesos burocráticos, un obstáculo recurrente que frena inversiones y dinamismo económico.
Finalmente, el ministro reafirmó su compromiso con la reducción de la brecha de infraestructura mediante Asociaciones Público-Privadas (APP) y Obras por Impuestos en coordinación con Prolnversión. Estas herramientas han demostrado ser efectivas para atraer inversión y desarrollar infraestructura clave para el país.
Hasta aquí, todo suena bien. Sin embargo, el verdadero desafío de Salardi no será solo cumplir sus compromisos, sino también equilibrar el déficit fiscal y preservar la solidez macroeconómica que ha caracterizado al Perú en las últimas décadas.
Desde su llegada, el ministro ha demostrado iniciativa, promoviendo cambios dentro del MEF y conformando un nuevo equipo de confianza, con funcionarios provenientes de ProInversión y Produce, entidades reconocidas por su rol activo en la promoción de inversiones. Sin embargo, dada la importancia transversal del MEF en las decisiones más relevantes del país, es fundamental que estos cambios respondan a criterios de idoneidad y experiencia técnica, para garantizar el éxito de su gestión.
El Perú enfrenta grandes retos y el tiempo para implementar soluciones es limitado. Tenemos un nueva ministro, y requerimos que el MEF recupere el liderazgo y empoderamiento para resolver situaciones absurdas como el acceso al nuevo terminal del aeropuerto Jorge Chávez mediante la Línea 4 del Metro y el puente Santa Rosa, cuyo entrampamiento ha sido motivo de burla internacional en medios especializados. No hay margen para el error ni espacio para la inacción. Ahora es momento de transformar la voluntad política en resultados concretos,
Mención aparte merece el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, quien sí ha hecho gala de liderazgo y capacidad de ejecución al resolver un impasse de 4 décadas con la ampliación de la vía expresa del Zanjón iniciada por Luis Bedoya Reyes.