Alfonso Bustamante Canny, presidente de Confiep
Perú21, 11 de diciembre del 2024
«Lamentablemente, la trayectoria empresarial es poco reconocida en nuestra patria, debido a una percepción errónea que la asocia con corrupción y trampa».
La semana pasada, la Confiep celebró sus 40 años de vida institucional, rindiendo un merecido homenaje póstumo al Dr. José Miguel Morales, al Ing. Arturo Woodman y al Ing. Julio Favre. Estos tres empresarios peruanos, con su visión y compromiso, promovieron la economía social de mercado y la inversión privada como herramientas fundamentales para combatir la pobreza y fomentar el desarrollo del país.
En esta misma ocasión, Confiep entregó por primera vez la medalla a la destacada trayectoria en el sector público al Dr. Julio Velarde, cuyo liderazgo al frente del Banco Central de Reserva del Perú (BCR) ha sido clave para preservar la estabilidad monetaria, incluso en los momentos más turbulentos de nuestra historia reciente.
Lamentablemente, la trayectoria empresarial es poco reconocida en nuestra patria, debido a una percepción errónea que la asocia con corrupción y trampa. Sin embargo, la realidad está llena de historias de coraje, resiliencia y visión estratégica, basadas en integridad, esfuerzo, compromiso y solidaridad. El empresariado ha jugado un papel crucial en iniciativas como el apoyo a la educación, la lucha contra la anemia infantil, la atención frente al fenómeno de El Niño, en la pandemia del COVID-19, entre otros.
Además, muchas empresas han incorporado en su gestión programas de sostenibilidad que vinculan el desarrollo empresarial con el progreso social. Frente a la inoperancia estatal, el mecanismo de obras por impuestos ha demostrado ser una herramienta eficaz para cerrar brechas de infraestructura y mejorar el acceso a servicios básicos.
El crecimiento económico del país ha permitido al Estado fortalecer sus ingresos fiscales. Sin embargo, la deficiente administración pública y la corrupción en las últimas décadas han impedido que estos recursos se traduzcan en avances significativos para la población. Como resultado, mientras la pobreza monetaria, vinculada a la actividad económica se ha reducido al 30%, la pobreza multidimensional, vinculada al desarrollo de infraestructura y servicios sociales, a cargo del Estado, alcanza al 50% de los peruanos.
Es importante reconocer que la verdadera transformación del país surge de la colaboración entre empresarios responsables y funcionarios públicos comprometidos. Agradezco profundamente a estos cuatro peruanos cuya visión y compromiso han sido pilares del desarrollo económico y social del Perú. Su legado nos inspira a seguir trabajando juntos por un país más próspero, justo y equitativo para todos.