El Lunes pasado Mariella Balbi entrevistó a Pilar Nores. Lo que dijo la ex primera dama debió caer como una mazazo sobre Nadine Heredia, la principal vocera y animadora de los programas sociales del gobierno. No era para menos; En la entrevista reveló cosas simples pero dramáticas y puso en evidencia la improvisación con que este gobierno está manejando un tema tan delicado.
Nores dijo, por ejemplo, que el gobierno sólo ha entregado 56 mil cocinas cuando hay 2.5 millones de familias que las necesitan. Que las cocinas que el gobierno entrega son a gas y ahorran sólo 228 soles al año mientras que las cocinas mejoradas que promueve Naciones Unidas ahorran 572 soles y generan otros beneficios adicionales. Que el único programa que atiende a niños de 0 a 3 años es “CunaMás” y que sólo lo hace con 56 mil niños cuando la población necesitada es de un millón y medio. Peor aún, señaló que este gobierno, por interés político, desactivó el Pronaa que atendía a esos niños de 0 a 3 años y que los dejó abandonados. Que “Juntos” es perverso porque fomenta el embarazo de adolescentes -que aumentó en 13.5%- y que cuando se sugirió que sea a partir de los 18 años no hicieron caso. Que “Quali Warma” no combate la desnutrición ni la anemia; que sólo alimenta, y que hay una superposición entre desayunos escolares, vasos de leche y comedores populares; y que el Pronaa llegaba a 3.8 millones de beneficiarios con 700 millones de soles de presupuesto, y que hoy Quali Warma apenas atiende a 2.6 millones de personas con un presupuesto superior a los 1,060 millones de soles. En suma, desorden, dispendio de recursos y confusión en los objetivos.
La contundencia de Nores terminó con la paciencia de la pareja presidencial y Ollanta Humala se lanzó contra ella. No dijo nada sobre los cuestionamientos, las cifras y las críticas puntuales. Prefirió acusarla de “poco ética” porque según el no se debe mezclar lo privado con lo público. Así, el presidente del Perú, personificando y representándonos a todos, picado porque tocaron a la “niña de sus ojos”, saltó y arremetió contra una mujer que no está en el poder, y que todos reconocen como íntegra, valiente y trabajadora; y que desde la esfera privada ayuda a decenas de miles de familias peruanas con una institución que ha recibido reconocimiento internacional.
Lo irónico es que quien dio la razón a la ex primera dama fue, seguro sin querer, la ministra de salud, Midori de Habich, quien estaba al lado del presidente Humala en ese momento, y que reconoció que las adquisiciones de alimentos para los niños de 0 a 36 meses se harían recién a partir de enero del próximo año.
Una vez más, la pareja presidencial vuelve a abrir un frente absolutamente innecesario. En lugar de allanar el camino a su flamante primer ministro, que debe ir al congreso en los próximos días a exponer su plan de trabajo, lo torpedea con esta actitud agresiva y descortés. Lo más extraño es el concepto de “ética” del primer mandatario. Según él, es poco ético que una persona trabaje desde la esfera privada, mediante una ONG, pero no dice nada cuando con dineros públicos, usando el aparato del Estado, se promueve la candidatura presidencial de su esposa al 2016 o 2021. Una vara bien distinta para medirse él, su esposa y a quienes considera rivales políticos.
Publicado en Diario Expreso, 6 de noviembre de 2013