Por Aldo Mariátegui
(Perú 21, 02 de Junio de 2015)
Me acuerdo que pensé “Uy, aquí sí que ya se jodió todito” cuando vi a Nadine posando en la portada de “Cosas”. ¡La única parte pensante del Ejecutivo había obnubilado sus neuronas con la toxina de la frivolidad y no vacilaba en sacrificar su imagen seria de “izquierdista del pueblo” por la de una modelito pituca! Y esa borrachera implicaba no solo dedicar gran parte de su valioso tiempo (para nosotros, pues es la que gobierna) a concentrarse en comprarse tonterías, cual urraca atraída por todo lo que brilla, sino en montar el circuito de dinero para agenciárselas.
Ahora quieren que nos traguemos el cuento –digno del 007 MBL– de que la amiga le dio una tarjeta de crédito “Platinum” a Nadine para que esta pacientemente le compre sus ropitas y joyitas afuera. ¡Ya pues, hay mucho “electarado” aquí pero no somos todos! Es como cuando Abugattás nos dice que estos dineros venezolanos fueron para el partido cuando han pagado la hipoteca de Ollanta… O cuando a los rojos Wiener y Lévano no les parece mal que potencias extranjeras (Venezuela y Brasil) financien directamente dos campañas presidenciales peruanas, encima las de un candidato que se proclamaba… ¡nacionalista!
Esa misma frivolidad ciega a Nadine y le hace ser tan imprudente como para ir al Congreso con una cartera Longchamps. Está bien que la frivolidad invada a nuestros izquierdistas –después de todo, el rojito escritor y resentido social Juan Manuel Robles fue editor de “Cosas”–, pero no hagan tonteras tampoco.
Que Nadine (y Robles) recuerde “¡Triunfa Vanidad!”, poema de César Vallejo dedicado a Haya por una comedia suya: “Y en el cerebro inmenso que finge el orbe alado/ ¡Oh Vanidad, tus joyas agudas se han clavado!”.