Aldo Mariátegui
Perú21, 19 de diciembre del 2024
“Por fin los contribuyentes (…) se van a enterar de los detalles de ese acuerdo tan entreguista, que solo limitó el espectro de acción de Odebrecht a cuatro casos…”.
Hay que felicitar calurosamente a Phillip Butters y al abogado Wilbert Medina por haber conseguido romper el blindaje del infame acuerdo fiscal con Odebrecht. Por fin los contribuyentes —que son los que pagan los sueldos de estos fiscales y procuradores, que los tratan como si fueran un ejército de ocupación— se van a enterar de los detalles de ese acuerdo tan entreguista, que solo limitó el espectro de acción de Odebrecht a cuatros casos (cuando existen muchos más), que les impuso una multa ridícula para el tamaño de esa empresa y los latrocinios ocurridos (un total de S/760 millones o US$203 millones, pagaderos en cómodas cuotas durante QUINCE AÑOS), que les permitió vender todos sus activos en nuestro país (siendo la central de Chaglla la joya de la corona) y que permitió que Barata y todos sus secuaces se fueran tranquilitos del Perú (encima, hoy en día ya no les da la gana de cumplir con el acuerdo y declarar). Vamos por fin a enterarnos de todo lo que dice ese acuerdo y de también establecer responsabilidades, porque allí vamos a ver las firmas de quienes se prestaron a este entreguismo.
Pero no solo los fiscales y procuradores son culpables de este desaguisado. Lo son también su mentor Gorriti y todos esos coleguitas que aplaudieron como focas este arreglo, que chillaban como locos en su defensa si alguien osaba cuestionarlo, además de esa caviarada a la que no le interesaba agacharse como sea ante Odebrecht con tal de conseguir y/o direccionar información para acabar con García y Keiko. Realmente, estos últimos años han sido de los peores de la prensa peruana con tanta obsecuencia acrítica con los fiscales, Gorriti y Vizcarra. Provoca llorar cuando uno revisa las portadas y textos de ese entonces. Cornejo Chávez en la época de Velasco impuso ‘los parámetros’ de la libertad de prensa (por eso se les llamaba ‘parametrados’ a los áulicos de Velasco). En estos tiempos los coleguitas se ‘parametraron’ solitos con Vizcarra, los fiscales y Gorriti.